Expreso y el periodismo narrativo
El diario Expreso practica el nuevo periodismo, o periodismo narrativo. Por eso, la tradición periodística de Expreso enriquece la categoría “periodismo”. El nuevo periodismo, o periodismo narrativo, se vale de la sociología de lo inmediato, de la historia del acontecimiento, del método de investigación cualitativo y del género literario de la narrativa, para comprender e interpretar contando historias políticas y sociales, verosímiles y verificables. El periodista narrativo es birreferencial, pues trabaja con lenguaje de segundo orden o académico y con lenguaje de primer orden o cotidiano. Es decir, se ocupa de hechos reales, y de no ficción: resignifica la realidad, no la inventa. La fundación de Expreso coincide con Tom Wolfe y su libro “El nuevo periodismo”, en el que da cuenta de una práctica periodística, literaria y realista, que se convierte en el género literaturidad más importante de entonces, incluso sobre la propia novela. Esta clase de periodismo se inspira en los norteamericanos Rodolfo Walsh y su “Operación masacre”, en Truman Capote y su “A sangre fría”, y entre nosotros en Gabriel García Márquez, y su “Historia de un secuestro”. Por cierto, debe señalarse que, por entonces, el oficio de periodista también inspiró a Mario Vargas Llosa y su “Conversación en la catedral”. Es que, el periodismo adquiere mayor densidad con la construcción literaria. No obstante los límites literarios del periodismo, éste se combina con la literatura: en las noticias, las crónicas, las columnas de opinión, incluso en las portadas del diario.
El periodismo narrativo construye la noticia procurando hallar respuesta a preguntas quién, cuándo, dónde, cómo y por qué, con el método de la pirámide invertida, pero con profundad comprensiva, interpretativa. Es más, el nuevo periodista ejerce el periodismo de intervención: Incluso, pasa de ser narrador a ser actor, pues hace suyos los paradigmas de la narrativa y de la investigación cualitativa. El nuevo periodista también ejerce la literatura testimonial: En la entrevista les da voz a los testigos, y verifica lo que están relatando. El periodista se hace cualitativo para impedir que la memoria adecúe la realidad. El periodista también trabaja en primera persona: Expone su opinión y se sale del hecho tal cual. Al emplear técnicas narrativas como la construcción de personajes, el uso de un narrador omnisciente, los monólogos interiores, las metáforas, la inversión del orden temporal, también recrea la acción, humaniza la noticia y origina el salto cualitativo del sentido común a opinión pública informada, y la voluntad de la mayoría a voluntad general. En buena cuenta, el nuevo periodista, que construye la realidad con los recursos del narrador, hace posible la normalidad del contrato social.
El periodismo narrativo del diario Expreso crea el lenguaje de la política, y la política misma. Pues, la política es lenguaje, y el periodista es un creador de lenguaje político. Por tanto, el periodista, que está en la primera línea del proceso político, crea la política. Si un hecho político no es resignificado por el lenguaje periodístico, ese hecho no se convierte en política. El periodista de Expreso trabaja con la sociología instantánea, y las velocidades de la historia, en cuanto a sus formas de velocidad de la coyuntura y velocidad del acontecimiento. Esta última es la que, sobre todo, se ve reflejada en el periodismo. Es decir, el diario Expreso no solo es una fuente documental del historiador, sino que, por la velocidad del acontecimiento, el diario contiene a la historia misma. Aquí aprendí, el oficio y los valores, a ser periodista narrativo y columnista de opinión: A excepción del oscurantismo del diario durante el oncenio de Alberto Fujimori, Expreso siempre ha sido, y es, la máxima expresión del nuevo periodismo, o del periodismo narrativo y libre del Perú.
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