Extorsiones y presas de psicosociales populistas
Perú enfrenta una de las peores crisis de inseguridad en décadas. Los datos reflejan una realidad alarmante: solo en Lima, se han registrado más de 370 asesinatos por sicariato este año, y las extorsiones significaron pérdidas que superan los 6 mil millones de soles anuales. Los más golpeados por esta ola de crimen son los bodegueros y transportistas, obligados a desembolsar entre 50 y 1,000 soles semanales, situación que ha llevado al cierre de miles de negocios. Esta inseguridad, lejos de ser algo distante, es una realidad palpable con devastadoras consecuencias, cuyos afectados temen acabar como en Ecuador, impedidos de ir a la prensa. La pregunta es: ¿Hasta cuándo vamos a dejar que el crimen organizado domine nuestras vidas? Se requiere de valentía y de medidas políticas concertadas para enfrentar esta crisis desde su origen, antes de que sea irremediable.
La cobertura mediática de la inseguridad en Perú ha contribuido a aumentar el miedo y la confusión entre la población. La tendencia de los medios hacia una narrativa sensacionalista no hace más que amplificar la percepción de caos, generando una psicosis colectiva que obstaculiza la acción ciudadana. A pesar de ser un problema tangible, la sobreexposición a historias de violencia crea una sensación de impotencia generalizada, beneficiando a criminales y oportunistas políticos por igual. Es clave que los medios asuman un rol constructivo, informando de manera responsable, movilizando a la sociedad hacia la acción y alejándose de tácticas de desinformación o manipulación políticas. Y menos fomentar la participación política del Movadef (Sendero) como lo hizo Hildebrandt.
La inseguridad ha trascendido el ámbito social para convertirse en una herramienta de manipulación política. Las estrategias propagandísticas rememoran a Maquiavelo, Goebbels y Fouché, sirviéndose del miedo para dividir a la sociedad y consolidar posiciones de poder. La creación de enemigos ficticios y la repetición de discursos que promueven el caos y la desconfianza en las instituciones desplazan la atención de las soluciones viables. La resistencia de ciertos sectores del Ministerio Público y los Fiscales Supremos a la ley que otorga a la Policía Nacional del Perú (PNP) mayores facultades en investigaciones preliminares se enmarca en esta dinámica. Lo mismo ocurre con dirigentes gremiales que buscan capitalizar a su favor las vulnerabilidades emocionales de algunos congresistas. Mientras tanto, la ciudadanía sigue sufriendo extorsión y violencia ante la falta de respuestas concretas y la intervención de intereses políticos que temen perder poder.
La polarización política ha empeorado la crisis de inseguridad. La disputa entre gobierno y oposición ha transformado la crisis en un escenario de confrontación, impidiendo el diálogo y el avance hacia una solución consensuada. Los errores del gobierno en la gestión de la seguridad, sumados a su incapacidad de ofrecer respuestas efectivas, han debilitado demasiado su imagen. Por otro lado, sectores con intereses particulares aprovechan estos desaciertos para alimentar el descontento y profundizar la división, alejando la posibilidad de encontrar soluciones reales. Un escenario ideal para que surjan promesas populistas, lanzadas por personajes, incluso dementes, sin compromiso real con el bienestar de la población.
Frente a esta situación crítica, es urgente que el gobierno implemente políticas claras y determinantes para contrarrestar la extorsión, protegiendo especialmente a los más vulnerables. Se debe fortalecer Gorex – PNP, el Grupo de Respuesta Inmediata ante la Extorsión, con más efectivos y recursos especializados en inteligencia para la captura de líderes del crimen organizado y el fortalecimiento de las capacidades de seguridad pública con herramientas no letales. Asimismo, se promueve una mejor coordinación entre el sector privado y el público en temas de seguridad y una estrategia de comunicación eficaz que restaure la confianza de la ciudadanía. La superación de esta crisis demanda liderazgo, decisiones audaces y una acción colectiva, elementos clave para recuperar la tranquilidad en nuestras calles.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.