Falta un año
Por caprichos del calendario, estos renglones se pergeñan en vísperas del último mensaje a la Nación desde el Congreso del jefe de Estado por lo que poco puede decirse salvo que esté a la altura de la papeleta, léase de una de las más dramáticas coyunturas que sufre el país en toda su historia republicana.
Conforme a la Constitución le toca, literalmente, dar una exposición detallada de la situación de la República y de las mejoras y reformas que juzgue necesarias y convenientes para su consideración por el Parlamento. Dado el crítico momento y más allá de presentar –o entregar- la tradicional y ritual Memoria de la gestión gubernamental en los diferentes sectores públicos, la ciudadanía aguarda –por no decir exige- un Mensaje sincero y transparente sobre los lineamientos de política y acciones de gobierno para este último año a fin de mitigar, eficaz y verdaderamente, los nefastos efectos de la pandemia del Covid-19 y afirmar el relanzamiento de la malograda economía nacional. De más está decir que en esta oportunidad no bastan discursos y peroratas vestidos de conferencias de prensa de mediodía con poca autocrítica y recibidos con bastante escepticismo por parte de la audiencia a las que la presidencia nos ha acostumbrado en este largo período de emergencia y cuarentena.
No, por favor, no más de esto. Es la hora para una explicación honesta y comprometida de lo hecho en el doloroso año transcurrido y por hacer en el que falta hasta ahora no menos desolador y que con mucho de ironía coincide con el Bicentenario del nacimiento –con sus dolores de parto- del período republicano. Confiamos que el Mensaje así haya sido porque, además, el derrotero marcado por el Primer Mandatario servirá o no para afianzar la presentación en pocos días del flamante presidente del Consejo de Ministros y del Gabinete ante el Congreso al efecto de pedir el voto de confianza para su investidura. Felices Fiestas Patrias aunque los días no estén para alegrías. ¡AMÉN!