Finalmente, Martín Vizcarra procesado
El miserable Martín Vizcarra Cornejo, ser despreciable a quien le importó un caracol causarle la muerte a más de 600,000 compatriotas —con tal de hacer negocio con la compra de unas inservibles pruebas rápidas que, en vez de detectar, más bien escondían la presencia del virus del Covid— y quien, asimismo, en vez de adquirir las vacunas Pfizer para proteger su vida, amable lector, dispuso comprar la versión fabricada en China, sin garantía alguna de tener efectos preventivos para contrarrestar aquella mortífera enfermedad, incrementando así el número de fallecidos. Pero hay más. Vizcarra es quien, con la mayor desfachatez y el desprecio por la vida de los peruanos, optó por vacunarse en secreto —él, su familia y sus amigos— mucho tiempo antes de que los ciudadanos tuvieran acceso a recibir una vacuna para salvar sus vidas. Pues este miserable sujeto, repetimos, es el mismo Vizcarra que, finalmente, después de varios años de haber delinquido, ha sido imputado y ya está siendo procesado por recibir millonarios sobornos a cambio de autorizar la ejecución de obras, en su condición de gobernador de Moquegua, faltando determinar las pesquisas que darían a conocer otras millonarias coimas que habría recibido mientras ocupó tramposamente la presidencia de la República.
Concretamente, este sujeto afronta hoy una pena de 15 años de cárcel por el delito de cohecho en su función como exgobernador regional de Moquegua.
Ya como presidente de la República, Vizcarra se aprovechó del cargo para hacer lo que le dio la gana durante aquellos dos crueles años de pandemia descontrolada, por culpa de su desinterés en atender al pueblo antes que hacerlo por sus intereses crematísticos. Este hecho condujo al Perú a ocupar el primer puesto en la estadística internacional del número de fallecidos por Covid, respecto a la población total de cada país. Durante su infame actuación a lo largo de la pandemia de Covid, Vizcarra contaba con la complicidad de otro depravado llamado Víctor Zamora; suerte de “doctor Mengele” criollo, pervertido hasta la médula y repleto de crueldades. Conducta criminal que aún está pendiente de pagar Zamora, junto con su cómplice Vizcarra.
Vizcarra hizo lo que le dio la gana con el país, gracias a la complicidad de la erróneamente llamada “gran prensa peruana” —El Comercio, La República, canales 2, 4, 5, 8, 9 y varias estaciones radiales— que lo adulaba mañana, tarde y noche, a cambio de millonarios contratos publicitarios pagados por usted, amable lector, sin trascendencia ni beneficio alguno para Juan Pueblo, quien pagaba aquella —y muchísimas otras facturas— vía los impuestos indirectos que está forzado a asumir.
Hoy, el largo brazo de la justicia ha sentado a Martín Vizcarra —amiguete del tristemente célebre Richard Swing— en el banquillo de los acusados. Por ahora, para que rinda cuentas sobre su delincuencial paso por la gobernación de Moquegua. Esperamos que el Poder Judicial agilice, asimismo, los casos que deberá encarar el miserable Vizcarra por su infamante desempeño como presidente de la República. Incluyendo aquel delito constitucional que —hasta hoy— impunemente perpetró al clausurar el Congreso.
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