Fiscal de la Nación Delia Espinoza es verdadera fiscal legítima

De las casi 40 organizaciones políticas registradas, solamente A.N.T.A.U.R.O. es partido político. Las demás son franquicias para vender curules. Entonces, elecciones reales, imposibles porque:
El poder político en el país ha sido sobrepujado por la criminalidad.
El monto de lo que las empresas pagan a las organizaciones criminales excede a lo que tributan al Estado, es decir, el Estado percibe menos que las organizaciones criminales.
El descontento social se asemeja a noviembre de 2020, en que Manuel Merino, a punto de ser linchado, tuvo que renunciar entregando el poder a Sagasti.
Jurídicamente, el Perú está al margen de la seguridad jurídica mínima porque estamos en poder del mayor delincuente, que es Tomás Gálvez, quien se ha convertido en Fiscal de la Nación por resolución írrita del actual presidente de la JNJ.
Puntualizo que el paro nacional de anteayer lunes ha sido total y nos hace recordar lo ocurrido con Merino. El gobierno de Boluarte, totalmente equivocado al encargar a la Policía la actual situación social de grave alteración. Cabe resaltar que situaciones como la actual no pueden encargarse a la Policía, pues ésta trabaja con la palabra, persuadiendo contra el delito, y el delincuente responde con ofrecimientos de dinero y/o servicios y abre amistad, convirtiendo a la Policía en colaborador inevitable.
Únicamente puede resolver la Fuerza Armada, porque el soldado está prohibido de dialogar, habla únicamente con la boca del fusil, directamente ordenado por sus jefes inmediatos, su cabo y sargento. Cumple la orden de disparar bajo responsabilidad de su superior inmediato. Es la denominada «cadena de mando».
El Ejército tiene su partido político: el ANTAURO, cuya ejecutoria son 2 acciones armadas, en el 2000 derrocando a Fujimori y en el 2005 el Andahuaylazo, que significó 18 años de cárcel. Pertinente la cita del filósofo general Marín Arista:
«Perú es país excepcionalmente difícil, por su geografía y peor por su población; por eso, sacar al país del atraso y encaminarlo por el progreso escapa a la capacidad de los partidos políticos. Solo el Ejército puede hacerlo con el apoyo de la población».
Me dirijo a la verdadera Fiscal de la Nación, Delia Espinoza, para que informe a la Corte Suprema que el pedido de ilegalidad del partido ANTAURO ha sido hecho por un impostor; pues, como dice la ley, solo puede pedirlo el Defensor del Pueblo y el Fiscal de la Nación, más no un encargado como lo era el fiscal supremo Villena.
Sin el ANTAURO no hay gobierno estable posible…

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