Fiscal Pablo Sánchez deshonra a la nación
El señor Pablo Sánchez, fiscal de la Nación, ha abierto un proceso penal por presunto delito de función al Excelentísimo Señor Presidente de la República Pedro Castillo.
La etapa inicial del proceso que es la Investigación Preliminar (indagación) la ha asumido él personalmente y en su propio despacho. Le ha fijado día y hora.
Si no comparece, tiene que señalar otra fecha en la que debe comparecer bajo apercibimiento de ser conducido de grado o de fuerza. Si tampoco compareciera, ¿la Policía capturaría al Presidente y lo llevaría al despacho del fiscal o al Congreso de la República?
¿El fiscal de la Nación Pablo Sánchez está loco?
¿No sabe que el Presidente es a la vez jefe del Estado y personificación de la Nación?
Constitución: «Artículo 110.- El Presidente de la República es el jefe del Estado y personifica a la Nación…».
Por lo tanto, no es admisible absolutamente que el fiscal de la Nación haga comparecer a su despacho a su superior que encima personifica a la Nación; pues, el Presidente Castillo es la Nación peruana fíctamente (ficción jurídica constitucional). Tal está clara, expresa y textualmente especificado en el citado artículo 110.
El fiscal Sánchez está vejando al Perú y desprestigiándolo ante la opinión pública nacional e internacional.
Constitución: Artículo 38.- «TODOS los peruanos tienen el DEBER de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación».
Si quien es cabeza de cualquier poder estatal incurre contra este deber está simplemente deshonrando al país; pero si lo hace el fiscal de la Nación, además de deshonra al país, ya reviste caracteres de traición a la Patria.
En ningún caso, el fiscal personalmente puede investigar al Presidente.
En todo caso, podría interponer acusación constitucional ante la Comisión Permanente del Congreso. Esta es la figura de la destitución presidencial. Si es aprobada por el Pleno, el Presidente queda suspendido porque tiene que pasar a través de la Fiscalía de la Nación a la instancia suprema del Poder Judicial. Solo en esta circunstancia interviene inevitablemente el fiscal de la Nación.
El fiscal, temerariamente, se está acomodando en el cargamontón de la vacancia presidencial.
El Presidente no debe comparecer. Si comparece, su situación es inmensamente más grave pues Sánchez es solamente fiscal; en cambio, él es personificación de la Nación y tiene que hacer respetar ese rango.
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