Fiscales rebeldes
Las medidas que se están tomando para enfrentar la creciente ola delincuencial servirán de poco si no se enfrenta uno de los verdaderos problemas que impiden luchar eficazmente contra el crimen, y es la persecución contra las fuerzas del orden por el caviarizado sistema judicial que, al mismo tiempo, trata con guantes de seda a los delincuentes y los libera a diario.
Un asunto que el Congreso ya resolvió es devolver la investigación preliminar a la policía. El haber trasladado absurdamente esa función a la fiscalía es una de las principales razones por las que la ola delictiva se ha vuelto incontrolable.
Pero ahora la fiscalía, en abierta rebeldía, se niega a aplicar la ley. Esos fiscales deberían ir a prisión, junto con los delincuentes a los que protegen.
El otro tema crucial es la persecución a las fuerzas del orden. Una solución inmediata a este problema es retornar al Fuero Militar Policial (FMP) el procesamiento de policías y militares que se enfrentan a la delincuencia y a las turbas violentas. Es decir, si un miembro de las fuerzas del orden hace uso de su arma en ejercicio de su función, debe ser procesado en el FMP, sustrayéndolo del fuero común.
El problema es que el sistema judicial ha sido capturado por los caviares, que odian a las fuerzas del orden y procesan y sentencian injustamente a militares y policías. El efecto de esa persecución es que las fuerzas del orden temen usar sus armas, no por miedo a los delincuentes, sino a jueces y fiscales que les arruinarán la vida y la de sus familias por cumplir con su deber.
Al policía Elvis Miranda quieren enviarlo a prisión 20 años por abatir a un delincuente en Piura, cuando está demostrado que ese malhechor asaltó a un transeúnte y fue abatido por el policía en la persecución. El cómplice del forajido, que fue capturado, no pasó un día en la cárcel; le dieron 3 años de prisión suspendida.
Más de 60 policías, la mayoría de la unidad especializada SUAT, están procesados por abatir delincuentes. Algunos han sido sentenciados a 35 años de prisión. Los autores principales de esta monstruosidad son el fiscal Álvaro Rodas y el coronel PNP Franco Moreno, actual jefe de la Diviac, cuyo hermano, un teniente de la PNP que actuaba con una banda de delincuentes, fue abatido en un operativo policial. Esta canallada solo pudo perpetrarse cuando los caviares se apoderaron del Ministerio del Interior y apoyaron la persecución de policías que abatían delincuentes.
Estos son solo una muestra de los innumerables casos que caracterizan una situación insostenible. De nada sirven las leyes con penas cada vez más duras si esas penas no se aplican y si las fuerzas del orden están arrinconadas por el sistema judicial controlado por la mafia caviar.
Algunos abogados argumentan que la doctrina moderna ya no permite actuar al FMP, sin entender que en una situación de emergencia hay que acudir a soluciones de emergencia.
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