Freno de mano
Temor es lo que se siente en el mercado. No lo digo yo, si no las cifras. Septiembre ha quedado marcado por la interpelación del ministro de Trabajo, las amenazas de cuestión de confianza del premier Bellido, el alza del costo de vida y la amenaza de nacionalización de Camisea.
El trago más amargo de este cóctel molotov, lo toman aquellos que perdieron su trabajo y encima deben enfrentar mayores costos por la inflación y el alza del dólar.
Hablando del diablo. El Banco Central de Reserva tuvo que usar el freno de mano para evitar una mayor alza del dólar, hecho que confirma el rápido contagio que se da entre la crisis política y nuestro bolsillo.
Así el ente monetario liderado por Julio Velarde vendió al contado US$ 489 millones el 30 de septiembre, lo que representó la mayor intervención desde agosto del 2013. Pero ¿por qué lo hizo? Es claro que el BCR ya tenía una idea clara que la cifra de inflación mensual no pintaba nada bien.
Y el tiempo les dio la razón. El INEI informó que la inflación en Lima registró una variación anual de 5,23% y a nivel nacional 5,38%. Otra vez estábamos fuera del rango meta inflacionario, por ello Velarde había actuado así.
El alza de precios es un caballo chúcaro, que necesitamos domar rápidamente, pero el BCR va por buen camino a pesar de que el dólar es un dolor de cabeza. Solo viendo septiembre el alza de precios fue de 0,40% y se observa una declinación respecto a los resultados de los tres meses anteriores.
Lo preocupante es que el golpe sigue siendo directo en la canasta alimenticia. Los alimentos subieron en 0,82%. El presupuesto familiar se vió afectado en primer lugar por la tarifa de electricidad residencial (reajustada por el dólar), el menú en restaurantes (indicador de reactivación), pan francés (por el costo de los insumos), limón y cebolla.
Pero no todo es mala noticia. El balón de gas pasó de ser uno de los productos que más encarecían la vida, a ser uno de los que más ha bajado, dado que es parte del fondo de estabilización. No hay que perder de vista que (en teoría) es una medida transitoria dado que representa un subsidio financiado con impuestos (que tú y yo pagamos).
Pero volvamos otra vez con Julio Velarde, quien mismo John Wick ha elegido muy bien el arma con el cual debía parar el alza del dólar, que se fundamentaba básicamente en el temor de los inversionistas ante las amenazas de Camisea. El BCR eligió intervenir directamente en el mercado para dejar en claro que el manejo monetario sigue firme. Pero ¿cuánto podrá aguantar el desgobierno generalizado que nos tiene preocupados a todos, y especialmente a los pequeños capitalistas peruanos?
Velarde no podrá parar eternamente el maretazo de las inconsistencias políticas. Cuando eso pase las consecuencias las pagaremos todos, dado que no existe lonche gratis y mucho menos ahora.
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