Fujimori libre
Los caviares y comunistas quieren que Alberto Fujimori sea ilegalmente encarcelado otra vez para que muera en prisión. Él tiene 85 años y está muy enfermo.
El odio visceral que le profesan y sus perversos intentos tienen dos motivaciones. La primera, sus acciones de gobierno en la década de 1990. Fujimori aplicó una política económica liberal, realizó un shock que frenó la hiperinflación, privatizó muchas elefantiásicas empresas estatales, y promulgó la Constitución de 1993. En otro plano, respaldó a las fuerzas del orden que derrotaron al terrorismo.
Todo esto le ganó la animadversión eterna de caviares, comunistas y terroristas, que son partidarios del socialismo y propugnaban la mano blanda en el combate a la subversión.
La segunda razón por la que sostienen una campaña sistemática, de exageraciones y mentiras contra AFF, es porque existe un fuerte partido con raigambre popular, dirigido por su hija Keiko Fujimori. Aunque ha perdido tres elecciones ajustadamente, Fuerza Popular (FP) es el único partido, o uno de los pocos, realmente organizado. Y con bases sólidas.
Así, no se trata solamente que caviares y comunistas crean -o finjan creer- en los delitos que le imputan a AFF, sino que tienen pavor a que FP llegue al gobierno y los desaloje de los puestos que han ocupado durante décadas en el Estado.
Para perseguir a AFF, los caviares han usado perversamente el criterio de “lesa humanidad”, que hace imprescriptibles ciertos delitos vinculados con la violación de los derechos humanos. En realidad, el Perú adhirió al Estatuto de Roma el 2003, precisando claramente que no se puede aplicar retroactivamente el concepto de “lesa humanidad”.
Pero los caviares usan su poder para torcer a su antojo la legalidad.
Además, AFF no es culpable de crímenes como el de La Cantuta, según la exhaustiva investigación del periodista Ricardo Uceda, el que descubrió el caso. Pero los caviares le aplicaron la absurda “autoría mediata” para hacerlo responsable de todos los delitos ocurridos durante su gobierno.
La verdad es lo que menos importa a la mafia caviar, empeñada en usar el sistema judicial y las posiciones que ocupan en el Estado, para perseguir a sus adversarios y perpetuar su control y disfrute de la mamadera estatal.
Un ejemplo de la perversa utilización del poder político, es la reversión del indulto a AFF, que era perfectamente legal, por jueces politizados y prevaricadores cuando el autor del indulto, Pedro Pablo Kuczynski, renunció a la presidencia. Con el poder en sus manos, la coalición vizcarrista volvió a encarcelar ilegalmente al anciano AFF por cinco años.
Y ahora, que por fin ha podido obtener la libertad, por una inapelable decisión del Tribunal Constitucional, esos canallas intentan volverlo a prisión para acelerar su muerte.
Pretenden una victoria política y una reiteración de la tergiversación de la historia, para de esa manera perjudicar políticamente a FP y a Keiko Fujimori. Es lo único que importa a esa deshonesta pandilla.
Hay que impedir que se salgan con la suya otra vez.
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