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Fujimori y Vizcarra

Fecha Publicación: 28/10/2019 - 21:50
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La promulgación de la Constitución de 1993 es nula porque al conocerse el informe de las autoridades niponas sobre que el ex presidente Fujimori tiene la nacionalidad japonesa (derecho a elegir y ser elegido) fue candidato al senado japonés en el 2007. Esa significa que tiene la nacionalidad por ‘iussanguinis’, por derecho de sangre y por su inscripción en el consulado del Sol Naciente de 1940. En el Japón, como lo recuerda Alberto Ulloa en su “Derecho Internacional Público”, impera el principio de ‘iussanguinis’ para adquirir la nacionalidad. El hijo de japonés es japonés si en el momento de su nacimiento su padre es japonés (ley 1899, art I).

El japonés nacido en el extranjero y que por el hecho del nacimiento ha adquirido la nacionalidad de otro país, puede renunciar a la nacionalidad japonesa, pero con licencia del ministro del Exterior. Sin embargo, el japonés nacido en los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Chile y Perú, si ha sido adquirido por el nacimiento la nacionalidad de uno de estos países, pierde la nacionalidad japonesa si no manifiesta su voluntad de conservarla. Todo el que ha perdido la nacionalidad japonesa, puede recobrarla a condición de estar domiciliado en Japón. Esto significa, luego de conocernos el informe del gobierno imperial: 1) Que Fujimori no renunció nunca a su nacionalidad japonesa y 2) Que, al contrario, manifestó su voluntad de conservarla. Pero hay algo más que no se ha insistido.

Fujimori nació bajo el imperio de la Constitución de 1933; ese era su estatuto personal de derecho internacional privado porque esa carta dice: “art 7° la nacionalidad se pierde: 1 (…); 2 Por adquirir nacionalidad extranjera”. Fujimori podía ser peruano por ‘iussoli’ por haber nacido en Perú. Pero, perdió ‘ipso jure’ por adquirir de menor y mantener de mayor la nacionalidad nipona de sus padres. No se trata del caso de doble nacionalidad convencional hispano-peruano reconocido por las cartas de 1933 y de 1979, así como por el convenio de 1959. Se trata así de alguien que actuó dolosa y maliciosamente ocultando su verdadero estado jurídico. Usurpó la presidencia de la república al presentarse como peruano sin serlo. Y hoy nos encontramos ante el problema de la legitimidad de las leyes que firmó. En resumen, Vizcarra es discípulo de ese golpe.