¡Gabinete en la sombra!
La renuncia de Carlos Jaico al cargo de Secretario General de Palacio de Gobierno reviste graves connotaciones, tanto políticas como judiciales. Para empezar, denuncia “falta de orden” en la gestión Castillo, acompañada de malos procedimientos a la hora que el presidente de la República toma decisiones. Y ello, sostiene, “genera espacios para la corrupción.” Más aún, se queja de “la infame gestión de mi antecesor (Pedro Pacheco, el de aquellos US$20,000.00 hallados en el baño de la Casa de Palacio)” Y abunda en la existencia de “falta de rigurosidad en el cumplimiento de los reglamentos y los procedimientos”, y asimismo en “la existencia de disputas entre los asesores del jefe de Estado”. Y prosigue: “Ministros de Estado, congresistas de la República, medios de prensa y sociedad civil, han venido advirtiendo insistentemente de la necesidad de cambiar su entorno de asesores de gabinete y funcionarios designados, pero con su anuencia usted ha preferido mantenerlos y continuar por la senda de decisiones erráticas que han derivado en una grave crisis institucional”.
Aunque, sin duda, el aspecto más grave de estas advertencias es la dependencia del presidente del Perú de una camarilla que opera a escondidas, como después reiterara el exministro del Interior, Avelino Guillén. Concretamente, según Jairo, pronto advirtió “la nociva influencia que tienen en las decisiones (presidenciales) ciertos asesores del gabinete y funcionarios designados, cual gabinete en la sombra del que nunca formé parte”, lo cual afectan la gobernabilidad y la estabilidad del país. El ex hombre de confianza de Castillo concluye invocándole al aún presidente: “Deseo que encuentre la fuerza moral para dar un giro radical a su gobierno, y que sea capaz de entender la importancia de su papel histórico para millones de ciudadanos que aún mantienen el anhelo de un cambio profundo para nuestro país.”
En esta ocasión, centremos la denuncia en el “gabinete en la sombra”. Porque, desde la segunda vuelta electoral, ronda una gravísima sospecha, nunca desmentida, que en Torre Tagle operaría un grupo de inteligencia dirigido, precisamente, por un operador de La Habana, que funcionaría como el poder en la sombra para gobernar con una sola encomienda: transformar a Perú en otra Venezuela, aplicando las consignas marxistas enviadas desde Cuba por los maestros de la desinformatzia soviética, que convirtieron a Cuba en esa miseria que es ahora.
Si hasta este instante –desde la fecha en que Jaico hiciera pública su carta- la Fiscalía de la Nación no ha ordenado una profunda, urgente, implacable investigación, a los efectos de aclarar aquello del “gabinete en la sombra”, y conocer las metástasis que hayan sembrado los asesores de Castillo, identificando con precisión de quiénes se trata y qué antecedentes políticos, policiales, diplomáticos, empresariales tienen; entonces la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos necesita ser removida en la fecha y designarse en su reemplazo a un Fiscal Supremo transitorio –que no sea Pedro Sánchez, cómplice de Ávalos- para que investigue con la premura que demanda esta serísima acusación, porque esto atenta contra la Constitución y afecta los intereses de 32 milllones de peruanos.
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