García Sayán al ataque
El operador internacional de la izquierda caviar para Perú continúa siendo Diego Garcia Sayán. Actúa como cualquier funcionario apátrida. Se debe a -y está a órdenes de- la ONU y de la CIDH. El Perú es fuente de importantes ingresos para él. Su posicionamiento internacional depende de cuantas potenciales víctimas identifique. No pesa el interés nacional. Tampoco preocupan mucho los derechos fundamentales de las personas. La obsesión es el poder y los beneficios que le sobrevienen. Una palabra suya basta para someter a sus enemigos a la hoguera de los caviares. No hay tregua posible. No desiste de su pasión por la intriga, soliviantar la calle, y demás ataques contra quien ofenda al establishment alienígena caviar, ¡que se destruya el Perú, pero que quede indemne la progresía caviar!, es el lema de esta gente culpable, en muy buena parte, del desastre sociopolítico y económico en el que estamos los peruanos, tras las “elecciones” de 2021. Lo más enojoso es que, como cualquier zurdo de salón, los caviares siempre se victimizan. Es su táctica de penetración frente a la ciudadanía, cuando la verdadera, la única víctima es nuestra sociedad.
Este acosador del Perú demócrata y anticorrupción -por el contrario, amigo del Perú de Fujimori, Toledo, Humala, PPK, Vizcarra (aquel póker de alfiles ensamblador y consolidador de la trama Odebrecht, en el Perú)-; este benefactor de Sendero Luminoso, ahora reivindicado por el régimen bolchevique de Pedro Castillo; este malvado que liberó a miles de genocidas vía “comisiones del perdón”, santificadas por curitas rojos, so pretexto de consolidar una improbable reconciliación entre la metralla y la dinamita del terrorismo genocida, y esos 30 millones de peruanos a quienes atacaron con el resultado de 35.000 asesinados y miles de millones de dólares de infraestructura destruida. Este sujeto, amable lector, precisamente cuando la patria agoniza como nunca antes; cuando la única voz con apego a ley y a la Carta es de la fiscal de la Nación Patricia Benavides, sale con el cuento que “la Fiscal carece de moralidad para ejercer el cargo”. ¡Se ha propuesto removerla del puesto! No se sabe si para favorecer a Pedro Castillo -primer presidente imputado por la Fiscalía por líder una organización criminal, abocada fundamentalmente a asaltar el Estado y paralelamente a transformar el Perú en la Cuba andina-; o para recuperar fuerza en el Ministerio Público (hasta hace poco tiempo, coto de los caviares -cuyo control perdieron justamente desde que ascendió al cargo la fiscal Benavides); o por ambas razones. Sospechamos que lo que se ha propuesto Garcia Sayán, desprestigiando a la fiscal Benavides, es matar dos pájaros de un tiro. Primero, recuperar el control del Ministerio Público; y segundo, pues encaramarse nuevamente como parte de la cúpula del poder. De sujetos como este, solo esperemos lo peor.
El tiempo que ha escogido Garcia Sayán para atacar a la fiscal Benavides y, presumiblemente, para reemplazarla por algún forajido del clan caviar, revela la malísima entraña que caracteriza a este sujeto que, usualmente, navega en la amura contraria a la del Perú.
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