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Gastón, cumpliré mi palabra

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Fecha Publicación: 26/04/2025 - 21:30
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Hace tres meses, el gran periodista y luchador contra la corrupción iqueño, Gastón Medina, fue físicamente asesinado por un sicario con ocho balazos disparados en la puerta de su casa, donde se encontraba en compañía de su esposa y su hijito de 10 años de edad.
Tres meses después, es cada vez más claro que en la muerte de Gastón el sicario ha sido sólo un instrumento pagado por una instancia superior, con mucho poder económico y político: el mismo día de este vil crimen, dos policías concurrieron al hospital a pedirle a la viuda que les entregara su celular, lo que, por cierto, no hizo; en los días siguientes, fue capturado un supuesto sicario que fue prontamente liberado al descubrirse su “inocencia”, lo cual sirvió, indudablemente, para bajar la marea; y un equipo policial enviado especialmente desde Lima para acelerar la investigación fue devuelto a la capital al juzgarse que no era necesaria su presencia.
Tres meses después, no hay un solo resultado de la investigación preparatoria que supuestamente viene realizando la fiscalía, lo cual viene acompañado del asesinato de un testigo clave: claro, la investigación debe dirigirse no sólo a identificar al asesino, sino fundamentalmente a los autores intelectuales entre los que la opinión pública sindica a altos funcionarios del gobierno regional de Ica, a quienes Gastón había denunciado por graves actos de corrupción.
Tres meses después, según informó la familia de Gastón en conferencia de prensa ofrecida antier en un hotel de Lima, no hay un solo abogado en Ica que quiera hacerse cargo del caso por temor a las represalias y la viuda y su hijito solo hace algunos días han conseguido “protección policial”.
Es un caso transparente de corrupción sistémica que revela hasta dónde han calado la inmoralidad y la impunidad no sólo en Ica sino a nivel nacional: no olvidemos que los anteriores gobernadores regionales se despidieron con 587 denuncias penales, entre las cuales se encuentra precisamente aquella presentada por Gastón Medina contra un exgobernador iqueño.
Por estos, y muchos otros motivos, he asumido en mi calidad de Presidente del Consejo por la Paz la defensa de la familia de Gastón Medina y el apoyo incondicional a la causa de hacer justicia en este caso tan penoso y a la vez indignante: como señaló el Papa Francisco, “la corrupción es una mentira convertida en sistema, que destruye la esperanza y pisotea la dignidad”.
El día del sepelio, ante la tumba de Gastón Medina, hice el juramento silencioso de luchar hasta las últimas consecuencias contra la CORRUPCIÓN y para que, en su caso, se haga justicia.
Cumpliré mi palabra, amigo Gastón.

(*) Presidente del Consejo por la Paz
Presidente de Perú Acción

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