Gaza y el recurso de la negociación

Mirando la guerra de Israel contra Hamás, iniciada luego de que el 7 de octubre de 2023 se produjera una masacre por el referido grupo miliciano que aniquiló a más de 1200 israelíes y que luego produjo una reacción por parte de Israel, fundada en la legítima defensa –solamente válida para el momento de la reacción inmediata–, ahora buscando una tregua o, si fuera mejor, la finalización del conflicto. Esta dependerá exclusivamente de las partes, es decir, de Israel y del referido grupo miliciano terrorista, y respecto del cual el recurso de la negociación es el único válido y viable para superar la crisis, que pronto cumplirá un año.
En ese contexto, para conseguir un resultado exitoso, será conveniente, primero, que las posiciones maximalistas (es decir, quererlo todo) de cada una de las partes comiencen a ceder, dando paso a otra dominada por la sensatez y la cordura. Se cree erróneamente que ceder en la negociación es lo mismo que caer en la derrota. Nada más alejado de la realidad. En efecto, la entrega de rehenes judíos por parte de Hamás no debería leerse como una expresión de debilidad. Tampoco así debe asumirse la eventual nueva excarcelación de miembros de Hamás que se encuentran en los recintos penitenciarios israelíes. Llegar a un acuerdo –repito– no es un mensaje de derrota, sino de sensatez y viabilidad.
Lo anterior será bueno para Israel y Hamás, pero, en la idea de concretarlo, deberá haber una disposición de elevación por las partes, dominada por la buena fe para negociar en el contexto de la complejidad que todos sabemos de este suceso desgraciado para los pueblos de Israel y Palestina, pues Hamás es palestino, y esa es la etapa más compleja de la negociación que, al cierre de esta columna, no ha podido concretarse con el éxito que todos estamos esperando. Es decir, la liberación de los rehenes israelíes y la libertad para los presos terroristas de Hamás.
El arte de negociar se aprende, eso es verdad, pero también lo es que todos los esfuerzos efectuados se valoran, y más según las circunstancias en que se haya producido la referida negociación. Sin embargo, lo será todavía mayor por su resultado, que es lo que mantiene en vilo a las familias de los israelíes y de los palestinos reducidos, siempre pensando en la enorme connotación que tiene la vida humana como bien jurídico máximo. Esperemos que la negociación concluya satisfactoriamente.

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