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Geopolítica y religión en la guerra en Gaza

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Fecha Publicación: 06/06/2024 - 22:20
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El sábado 7 de octubre de 2023, terroristas de Hamás invadieron territorio israelí para asesinar a un aproximado de 1,200 personas y secuestrar a más de 240. Este hecho generó la guerra en Gaza.
Desde entonces, la tensión en la región no ha dejado de crecer, y el conflicto a consecuencia del ataque ya ha dejado varios miles de muertos, entre los que se cuenta gran cantidad de civiles. Las cifras de víctimas palestinas no son exactas, principalmente porque el conteo es llevado por Hamás, que tiene control político de Gaza desde el 2007.
Lamentablemente, el conflicto en Gaza es urbano, y los terroristas de Hamás utilizan a la población civil para resguardarse (escudos humanos).
Esta situación, sumada a la propaganda de Hamás por las redes sociales, ha contribuido a un rechazo masivo a los métodos aplicados por Israel en el marco de la guerra y a un resurgimiento de posturas antisemitas en todo el mundo, lo que ha traído como consecuencia una respuesta internacional importante en apoyo a la narrativa de Hamás, incluyendo el reconocimiento al estado Palestino por parte de distintos países; lo que claramente implica una victoria política, diplomática y comunicacional para el grupo terrorista.
Pero este conflicto no se entendería sin la presencia de Irán. El gobierno teocrático iraní, está en una búsqueda permanente de lograr hegemonía en la región; por lo cual ha financiado y fomentado la aparición de grupos terroristas antiisraelís, como Hamás, Hezbollah y los Hutíes en Yemen, que operan como si fueran entidades autónomas.
Recientemente varios ataques masivos de Hezbolla proveniente desde Líbano y Siria vienen generando grandes cantidades de daños materiales y heridos de gravedad. Ante esta fuerte agresión, Israel ha anunciado un posible ataque a las tropas de Hezbolla fuera de territorio israelí, lo que generaría una situación aún más crítica en la región.
Se debe considerar que la competencia regional entre Irán y Arabia Saudita es muy fuerte y está vinculada a dogmas religiosos (chiitas contra sunitas), que sirven como elemento cohesionador de la población musulmana (mucha de la cual no ve bien la presencia de Israel) y en el marco de los cuales justifican cualquier tipo de accionar.
En este contexto, atacar a Israel (país con una religión distinta a la de toda la región y enclave político y cultural de occidente, pero que mantiene vínculos diplomáticos con Arabia Saudita) tiene un fin cohesionador religioso que se fundamenta en necesidades geopolíticas de Irán, que no encuentra otro mecanismo bajo el cual luchar por su hegemonía.
A pesar de lo que muchos termocéfalos escriben en redes sociales, ningún pueblo se contenta con estar en guerra y es por eso que Israel no ha atacado directamente a Irán, a pesar del ataque masivo iraní del 15 de abril, que fue detenido en un 99%, demostrando la incapacidad de los ayatolás para hacer un daño real a Israel.
Además, es innegable que, en Israel, existen problemas internos respecto a la guerra, pues la representación política aún no puede llegar a acuerdos sobre qué hacer una vez se cumpla el objetivo de derrotar a Hamás. Sin embargo, para la población israelí sí está claro que Hamás debe desaparecer, al igual que todos los grupos terroristas que ven en la destrucción de su Estado una victoria geopolítica.

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