Gobierno precario presume de reformista en regulación
En el Premierato no son conscientes de su situación, predican sobre proyectos de ley que no entienden, como el caso de la manida “masificación del gas natural” que es un cúmulo de despropósitos; y se han propuesto hacer una reforma a la normativa de los concursos para designar a los presidentes y directores de los organismos reguladores: Osinergmin, Osiptel, Ositran y Sunass.
En su inexplicable celeridad reformista, el pasado 11 de los corrientes, publicaron la Resolución Ministerial (RM)-009-2023-PCM, que crea un grupo de trabajo para “actualizar la normativa”, dándose plazos perentorios, con lo que el próximo 29 de marzo tendrían su informe final.
Si se respetasen los periodos de 5 años de los miembros actuales de los directorios, sus presidentes deberían ser seleccionados en enero de 2027, por lo que salta la interrogante: ¿será el próximo paso la presentación de una normativa para cesar a los actuales directivos de su cargo? Se argumentará que fueron seleccionados por la gestión del premier Aníbal Torres, en respuesta se tiene que ni siquiera los congresistas de oposición presentaron objeción alguna.
Otro de los puntos que llama la atención es la conformación del comité encargado de la reforma, nada menos que 5 burócratas que jerárquicamente están en el tercer nivel de la oficina del premier. Ya bastante se ha maltratado en los diversos gobiernos de los últimos 22 años a los reguladores, como para que personal sin conocimiento, ni experiencia en el sector, sea el encargado de funciones tan delicadas.
Soy crítico de la interferencia en la gestión de los reguladores, empezando por el recorte de su independencia en el manejo presupuestal; así como con los exámenes de selección, que desde el 2001 ha dado discrecionalidad al Presidente de la República para que elija dentro de una terna, cuando lo correcto sería que el postulante con mayor puntaje sea el elegido.
El rol de los reguladores es trascendental en la fijación de tarifas de los servicios públicos, es innegable que se necesitan reformas que retorne sus capacidades al nivel que tuvieron en los 90; tarea para conocedores con legitimidad, no para legos con precariedad en el cargo, como un premier y una Presidenta de la República con una aprobación ciudadana del 20%.