Grandes responsables del desastre
Durante no menos de seis de años, la prensa venal, parametrada por la izquierda caviar, los convirtió en príncipes de la Justicia y arcángeles de la anticorrupción y corrección política. Hablamos, desde luego, de la dupla de fiscaletes integrada por el suspendido fiscal Rafael Vela Barba y su coleguita José Domingo Pérez Gómez. Yunta de prepotentes, que disfrutaron de su cuarto de hora de poder, gracias a un periodismo canallesco, sicario de la corrupción. Aquello encandiló a ambos sujetos, dejando traslucir sus entrañas, que encajaban, claramente, con el perfil que requería El Comercio, como principal medio periodístico -de entonces- para “supervisar” las investigaciones del escándalo más grande de corrupción habido en el Perú: el affaire Lava Jato. Resulta que su principal accionista individual, José Graña Miró Quesada, estaba involucrado hasta la coronilla con Odebrecht, en su muy extenso desempeño como socio nacional de la constructora líder de Brasil, mientras cumplía el papel de accionista principal de Graña y Montero, a su vez la mayor compañía constructora local.
Asimismo ambos fiscaletes buscaban una caja de resonancia para convertirse en paladines de la Justicia, y consolidar su futuro a cualquier costo. Esa “caja” se la daría el trust mediático que lideraba El Comercio que, desde comienzos de siglo, hizo lo mismo con políticos a quienes encumbró para que, mutuamente, enriquezcan sus arcas. ¡No las arcas del Perú! Ocurrió con Toledo, por ejemplo, quien tiene mucho qué explicar por qué, entre gallos y medianoche, transfirió Canal 4 a El Comercio y a La República -gurús del citado trust mediático- encontrándose éste en Indecopi. El Perú sabe que, durante las primeras dos décadas del Tercer Milenio, los caviares han gobernado sin control. Tanto, que el escándalo Lava Jato casi se convierte en el gordo de la lotería para la trova caviar políticamente correcta. Por fortuna, hace un tiempo los astros decidieron cambiarle la suerte a esa mafia caviar. Empezando por destapar hechos turbios, concatenando unos con otros y poniendo en evidencia la gran estafa que ha perpetrado el clan políticamente correcto conformado por el trust mediático de La República, El Comercio, RPP, y los canales 2, 4, 5, 8.
Ayer, EXPRESO reveló cómo Vela Barba y Pérez Gómez conjuraron contra el Perú, sellando 11 acuerdos secretos con Odebrecht, OAS y otras constructoras brasileñas, para impedir que nuestro poder Judicial use pruebas (documentos, declaraciones, etc.) aportadas durante estos siete años de (inútil) investigación a cargo de Pérez y Vela en los procesos judiciales, para que algún día comiecen a dilucidarlo ante los jueces. Este acuerdo secreto le garantiza inmunidad/impunidad a Odebrecht y a sus accionistas y funcionarios, prohibiendo que dichas pruebas -recaudadas por Vela y Pérez- sean usadas en todos los procesos, como premio a la colaboración eficaz de los representantes legales de ambas constructoras. Igual ocurrirá con Graña Miró Quesada, también por cortesía de los tantas veces citados fiscales. Corolario. Este nuevo escándalo empobrecerá y enfurecerá, todavía más, a los peruanos. Por tanto, producirá mayor miseria y odio del que estamos presenciando desde que, por esa misma razón, el comunismo accedió al poder.
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