Guerra mundial y Sudamérica

“El gobierno peruano siempre debe tener presente lo que puede pasar en el futuro, para lograr que los acontecimientos del mañana beneficien a los peruanos y no los perjudiquen. Desgraciadamente, no siempre tenemos la suerte de estar gobernados por estadistas que piensen de esa manera, sino por gobernantes que piensan en el presente, peor aún, en su presente y no en el del Perú.
Es sabido que, por delicados, muchos problemas de un país y menos sus estrategias relacionadas con enfrentamientos bélicos, como el que está ocurriendo entre Israel e Irán, no pueden ser hechas públicas por los Estados. Si lo hacen, oficializan su parcialidad con uno de los sectores y, al hacerlo, pueden sufrir las consecuencias de tomar partido o de no hacerlo. Lo que está ocurriendo no es producto de la economía, sino de intereses geopolíticos y la defensa de la supervivencia de algunas naciones.
No todos los países americanos tienen vínculos con el mismo grupo de litigantes (Israel o Irán), es decir, que no sería raro que haya dos tipos de países: los que apoyan a Israel y los que apoyan a Irán. Esta razón es la que obliga a los países americanos a actuar con mucho celo, porque lo peor que nos puede pasar es dividirnos por defender un problema ajeno. Esto no quiere decir que no debamos participar en la búsqueda de la paz.
También es posible que uno de nosotros tenga vínculos con ambos grupos. Esto ocurriría, por ejemplo, si China, EE.UU. o Rusia toman partido (parece que EE.UU. está apoyando a Israel). Si esto ocurre, los países americanos debemos evitar que este hecho nos enfrente. Lo anterior es complicado por la existencia de México, Cuba, Venezuela, Brasil y Nicaragua, que, por estar alejados de los EE.UU., apoyen a los iraníes.
Lo anterior no es lo que piensa un internacionalista, sino lo que especula un ingeniero agrónomo que tiene la suerte de que el diario EXPRESO publique las líneas que escribe.”

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