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¿Ha claudicado la oposición?

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Fecha Publicación: 23/08/2022 - 23:00
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Desde hace un año este país se desangra víctima de una brutal hemorragia producida, a su vez, por el desgobierno y por el populismo a tope, implantado por una organización criminal que, de acuerdo a la Fiscalía de la Nación, presidiría el impresentable Pedro Castillo. Hemos alcanzado estratos de confrontación social nunca vistos en nuestra patria. Los ciudadanos viven polarizados, intimidados por un régimen corrompido y malhechor. Castillo agita el blasón de la lucha de clases como mecanismo de control político, dividiendo a los peruanos entre ricos y pobres mientras sitúa a improvisados sujetos en puestos clave dentro del Estado, corrompiéndolos con el ejemplo de sus actos delictivos y convenciéndolos de que son una casta neo andina inmaculada, aunque en realidad son víctimas manipuladas por una organización criminal ansiosa por alzarse en peso al país y encaramarse en el poder per secula seculorumn.

En el Perú no existe parangón de un momento sociopolítico tan álgido, que pone a prueba la voluntad del peruano para, pese a toda prédica demagógica, preferir la democracia como sistema de gobierno. Y consecuentemente, al Estado de Derecho como modo de vida, beneficiando sobre todo a las futuras generaciones que ya han saboreado lo que Winston Churchill calificara como “la peor forma de gobierno si se exceptúan las demás que se han ensayado.” Aunque Churchill agregaría más tarde, “esa frasecita nunca la entendí del todo, hasta que en cierto modo me la aclaró un historiador demócrata diciendo que, desde el punto de vista filosófico, la democracia es un absurdo; pero que, aun así, es la mejor de las formas de gobierno.”

En solo un año de desgobierno las huestes cerronistas/comunistas y pro sendero luminoso han alcanzado cotas récord de destrucción del Estado -regla número uno del comunismo para tomar el control absoluto del país-, paralela a una invasión masiva de sujetos ideológicamente tóxicos que han anegado las reparticiones públicas, decididos a entronizar el marxismo como doctrina antes que a articular una auténtica gestión de gobierno para administrar de la manera más ética, coherente y fundamentalmente eficiente el patrimonio de millones de peruanos.

Hoy el Perú se encamina al enfrentamiento fratricida, empujado por el régimen Castillo. Al frente solo quedan el poder Legislativo y el sistema de Justicia (poder Judicial y Fiscalía de la Nación). La Fiscal de la Nación se ha convertido en la funcionaria pública más importante en la lucha del país contra un gobierno corrompido, confrontador. Pero el Legislativo no le acompaña en esta tarea, que ha logrado identificar a Castillo como el líder de una organización criminal. El Congreso gatea, mientras este gobierno avanza a mil por hora decidido a capturar el poder absoluto. Las iniciativas de la opinión pública las ignoran los legisladores oficialistas que, incomprensiblemente, monopolizan comisiones estratégicas por desidia o impericia de la oposición. Moción como la de vacancia, desafuero y/o suspensión presidencial quedan pendientes, etc.

Salvo casos muy encomiables, la mayoría de los congresistas opositores se encogen frente al oficialismo. ¿Qué fue de los apristas, fujimoristas, de Soto, etc.? ¿Ya no existen líderes políticos?

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