Hablemos de la familia
Hablar de familia implica referirnos a ella como el cimiento de la estructura social. La Constitución le da categoría de instituto natural y fundamental de la sociedad, y no es para menos, pues es el seno familiar donde damos nuestros primeros pasos, donde formamos el carácter, la personalidad, forjamos nuestros hábitos y costumbres.
La familia, como unidad social esencial, potencia nuestras capacidades y habilidades para desenvolvernos con éxito en esta sociedad tan cambiante y muchas veces tan violenta.
En el Perú, ¿qué medidas existen para fortalecer la familia?
No es fácil responder a esta pregunta porque, si bien es cierto tenemos un marco normativo y planes nacionales, son pocas las políticas públicas que se han implementado para hacer realmente de la familia el núcleo básico de la sociedad.
A la fecha, la familia no ha merecido ni siquiera un viceministerio, solo una Dirección General dependiente del Viceministerio de Poblaciones Vulnerables. Así de importante es la familia para el Perú.
De otro lado, la violencia. El Acuerdo Nacional, en su compromiso 16, denominado Fortalecimiento de la Familia, promoción de la niñez, la adolescencia y la juventud, establece obligaciones al Estado peruano de prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, garantizar el bienestar y una vida digna poniendo énfasis en los niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza y exclusión.
Para el logro de estos objetivos, la base son los programas educativos que deben promover la unidad, la cooperación y la integración familiar, además de medidas económicas y programas sociales atendiendo sobre todo la realidad de las familias rurales o en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, parece que el principal logro será introducir el enfoque de género en las políticas públicas educativas, reduciendo la problemática de una real integración familiar a la violencia que sufrimos las mujeres, lo cual no podemos negar, pero tampoco podemos dejar de lado la atención a la violencia que sufren los adultos mayores, ni el abandono que muchas veces sufren los hijos porque los padres se ausentan de casa por trabajo.
¿Qué tan preocupado está el Ministerio de Educación de fortalecer el mecanismo Escuela de Padres, los consejos educativos institucionales y programas de atención emocional y talleres productivos a favor de niños y adolescentes?
Tampoco olvidemos a las familias monoparentales y su limitado acceso a las oportunidades para generarse ingresos para afrontar la carga familiar. Según la última Encuesta Nacional de Hogares del INEI, el 35,9 % de los hogares son liderados por una jefa del hogar y muchas de ellas enfrentan el abandono moral y económico de sus parejas, incluso son madres adolescentes. ¿Qué programas de inserción laboral y educativa se han potenciado?
Es momento de fortalecer para lograr familias sostenibles, saludables, integradas y productivas.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.