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Haya vigente

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Fecha Publicación: 22/02/2025 - 22:50
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Ayer se recordaron los 130 años de su nacimiento. Quienes lo conocimos ya anciano, pero pletórico de vigor intelectual, distribuyendo ternura y también reproche si acaso faltáramos a las severas normas de disciplina que nos imponía, iluminando con el verbo y la memoria los ciclos históricos del ser humano, promoviendo la siempre postergada justicia social por la que tanta sangre derramaron sus seguidores, agradecemos a la vida haber alcanzado el brillo de su grata compañía.
Porque Víctor Raúl Haya de la Torre fue un gigante moral y del pensamiento. Como todos, tuvo quizás algunas imperfecciones e impaciencia. Pero su dimensión superior, tenacidad y perspectiva de largo plazo hacen que lo añoremos y sintamos el mismo desgarro juvenil de ese agosto de 1979 cuando recibimos la triste noticia de su partida.
Conservo como una presea la dedicatoria que Alan García, uno de sus discípulos predilectos, me hizo en el libro de su autoría 90 años de aprismo. Escribió: “A César Campos, cuyas indicaciones y complementos fueron incluidos en el texto”.
¿El porqué de la misma? Meses antes, Luis Gonzales Posada me envió la versión original de la obra, pidiéndome revisarla y formular alguna recomendación si lo consideraba conveniente. Reparé en que el presidente García debía poner más énfasis en dos logros incuestionables de su segundo gobierno, como fueron la suscripción e impulso a los acuerdos de libre comercio (18 en total) y su apuesta por la economía libre, bajo el marco de la postura visionaria de Haya de la Torre al respecto.
Fue así que puse a su alcance algunas citas de lo escrito por Víctor Raúl. Consigno aquí dos de ellas:
“… un desenvolvimiento de gran estilo en su producción no puede estar circunscripto por fronteras que cierren amplias zonas de consumo. Las grandes industrias requieren grandes mercados. Y este es el principio básico de la nueva economía regional… La producción debe ecuacionarse con el consumo, y este necesita de áreas más anchas y populosas. Por tanto, los nacionalismos económicos, las barreras aduaneras, impiden el establecimiento de plantas mayores de producción que exigen inversiones ingentes”.
(“Opiniones sobre la nueva Europa”, en “Crónicas Internacionales”. Obras Completas, tomo 7, página 270, editorial Mejía Baca).
En una de sus últimas presentaciones públicas, dejó en claro su percepción de la clase de economía que requiere el país:
“Queremos una economía sana, fuerte, científica, razonada. No queremos ese tipo de economía de las 40 camionetas del Banco de la Nación para ir repartiendo dinero al artesano y al cliente. No queremos la economía de la maquinita, pero tampoco queremos caer en un tipo de economía restringida y totalitaria. Queremos una economía libre, razonada y vinculada al problema de la integración continental que hemos planteado desde un principio”
(22 de febrero de 1977, Trujillo. Discurso por el Día de la Fraternidad. Del libro Haya de la Torre: Fraternidad con Todos los Peruanos. Editorial Pachacútec, abril 1991).
Haya de la Torre está vigente y reivindicado en la línea de su serena madurez.

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