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Historia de una farsa

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Fecha Publicación: 02/11/2023 - 22:10
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Indira Huilca y su familia vivieron toda su vida colgados bajo la sombra del asesinato de Pedro Huilca, dirigente sindical, asesinado en el régimen de Alberto Fujimori. Aunque al principio la viuda adjudicó el crimen a Sendero Luminoso que además lo reivindicó, luego cambió de opinión y sindicó al gobierno fujimorista, específicamente a Vladimiro Montesinos y al paramilitar Grupo Colina. De nada sirvió que el propio aparato propagandístico de Sendero Luminoso en su pasquín El Diario y en la “entrevista del siglo” a Abimael Guzmán, Huilca apareciera como un revisionista que recibió su merecido por el “partido”. Cuando cayó el gobierno de Fujimori y asumieron Paniagua y luego el corrupto Toledo, el caso se convirtió en internacional y fue a parar a la Comisión IDH y luego a la Corte IDH. La Comisión recomendó a la Corte el pago de una indeminización a los familiares de Huilca por crímenes de Estado, achacándole el crimen al gobierno fujimorista. La Corte concedió una indemnización a la familia por un cuarto de millón de dólares porque el Estado peruano, gobernado por el hoy reo Alejandro Toledo se allanó. Sin embargo, pese a que la Comisión recomendó a la Corte que responsabilizara al Grupo Colina y a Montesinos, la Corte resolvió que eso correspondía a la justicia peruana. Hoy, esa misma justicia liberada de las lacras del montesinismo, declaró inocentes en una sentencia a Montesinos y a los integrantes del Grupo Colina. Estos pudieron tener varios crímenes en su haber, pero no el de Pedro Huilca Tecse. Indira Huilca ha construido toda su carrera política como víctima del fujimorismo y hoy se la ve como influencer en causas caviares como la no remoción de los inmorales miembros de la Junta Nacional de Justicia JNJ. Según fuentes bien informadas, el representante del Estado peruano que se allanó para que los Huilca cobraran la indemnización de un cuarto de millón de dólares fue el abogado caviar de la PUCP Gonzalo Salas Tejada, “defensor” del Estado peruano.

Es decir, lo contrataron para velar por los intereses del Perú y se puso del bando contrario. No contento con eso, el “abogado” del Estado escribió un libro “El crimen de Pedro Huilca. 25 años de impunidad”. ¿De impunidad? ¿Y la suya? ¿Qué responsabilidad le cabe a este abogado ideologizado y parcializado con la otra parte por la indemnización indebida y el allanamiento? ¿Y a Toledo? ¿Y a García Sayán? Hasta el momento lo único que se conoce de la familia Huilca es que han apelado el fallo. Es muy probable que luego de más de 30 años se hayan autoconvencido de que a Pedro Huilca lo mataron Montesinos y el Grupo Colina. Después de todo han vivido de ese mito, literalmente, toda su vida. Pero lo cierto, lo concreto y lo real es que cuando la sala de apelaciones confirme probablemente la sentencia de la inferior, el cuento de los Huilca y la carrera política de Indira basada en la pobre víctima del “fujimontesinismo” termine. Aunque en el Perú nunca se sabe porque el decoro no existe, menos cuando hay que afrontar responsabilidades y devolver dinero procurado por malas artes. Indira Huilca y su familia se han burlado de todos los peruanos. lo mismo que el “abogado” Gonzalo Salas Tejada, Toledo y García Sayán. La picota pública debería ser su destino.

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