Hombres y mujeres no somos iguales
Desde el inicio del milenio, los roles de hombres y mujeres se diversificaron. Las mujeres iniciaron con un protagonismo no solo por su participación en el crecimiento del PBI; sino también en su valor. El ser mujer es símbolo de reproducción, deseo, belleza, pasión, sexo, dulzura y amor. Somos una creación tan perfecta que la historia y la humanidad nos convirtieron en una industria que jamás desaparecerá. La belleza de una mujer es un negocio con licencia de funcionamiento inmortal. Pero lo que más se ha explotado de una mujer es su sexualidad. Eso es verdad.
Todo ser vivo sobre la tierra necesita de una madre para llegar al mundo como ser humano. Así que, ¿qué tan independientes somos? ¿En realidad nos gusta la independencia y todo lo que conlleva serlo? Actualmente, diversos “millennials”, en especial mujeres que han logrado una independencia económica, proyectan y tienen el concepto de que no necesitan a un hombre para ser felices y que no requieren que ningún hombre les dé nada. Ustedes creen que a los hombres les gustan las mujeres orgullosas, que anteponen una posición de poder social ante emociones desarrolladas a lo largo de 25 millones de años. Esas emociones están en sus genes y no pueden deshacerse de ellas.
Las mujeres somos reproductoras. La biblia y la historia nos han definido como los seres que están más cerca de Dios, por haber sido bendecidas con la capacidad de generar y traer vida al mundo. Los hombres son seres protectores. ¿Por qué, en la actualidad, existe el pensamiento de que las mujeres no necesitan a un hombre para ser felices? En primer lugar, la felicidad tiene distintos frentes; pero existe un tipo de felicidad emocional que no puede estar completa con una sola persona. Homosexuales y heterosexuales tienen las mismas necesidades de tener una pareja, con la que comparten sentimientos y emociones. ¿Por qué muchas mujeres, en la actualidad, se resisten a ser protegidas y cuidadas en la forma que un hombre lo demuestra? Desde mi perspectiva, esa idea de que los hombres y mujeres son iguales es la culpable de todo. Ha generado, a lo largo de los años, mujeres resentidas contra el instinto básico de un hombre: la protección y el cortejo. Y toda mujer adora ser protegida y cortejada.
No existe igualdad genética entre hombres y mujeres. Tampoco existe igualdad física, y mucho menos igualdad de pensamiento. Somos seres totalmente distintos y ampliamente complementarios. Desde que el ser humano inició su evolución, hace 25 millones de años, la mujer ha sido vista como el miembro más importante de la manada: era protegida y atendida. Y a lo largo de la evolución, el macho era el jefe del grupo; pero se hacía lo que la mujer decidía.
No podemos negarnos ni renunciar a la capacidad que nos ha sido otorgada como un obsequio. Cuando somos jóvenes, vemos la vida pasar de forma lenta, divertida y con mucha independencia. Pero, ¿te has preguntado lo que será llegar a medio siglo de vida sin un grupo de humanos a quien dejar tu legado y que te hagan feliz? Es algo llamado familia. Las mujeres necesitamos a los hombres. Todos llegaremos a ser viejos en algún momento; no tienes elección. Pero, sí puedes elegir si llegarás solo o no.
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