Homenaje a la agricultura pre reforma agraria
Muchos peruanos desconocen el importante aporte que le hizo al Perú el desarrollo agropecuario que existió antes de la reforma agraria, realizado por injustamente maltratados agricultores. No es cierto que, gracias a la reforma agraria, hoy exista una agricultura moderna. La verdad es que fue esa reforma la que postergó avances fundamentales como el riego por goteo, los mejoramientos genéticos, entre otros, desarrollos impulsados por la Revolución Verde. Al punto que los peruanos los aplicamos hasta 25 años después que Chile. La Revolución Verde se dio entre 1960 y 1980, mientras que en el Perú nos enfocábamos en la Reforma Agraria (1964–1980).
Recordemos que en 1964 el presidente Fernando Belaunde legalizó la expropiación de tierras, pagadas con bonos sin garantía. Estos bonos, hasta hoy, no han sido pagados a muchos ciudadanos. Esta ley permitió que el régimen de Velasco Alvarado adquiriera una imprenta para emitir bonos de expropiación y, en solo siete años desde 1968, se expropiara a más de 15,000 agricultores, entre grandes, medianos y pequeños.
En el Perú, los avances de la Revolución Verde comenzaron a aplicarse recién tras la promulgación de la Constitución de 1993, cuyo artículo 70 eliminó la posibilidad de expropiar con bonos, algo que también permitía la Constitución de 1979. Felizmente, algunos agricultores con influencia lograron conservar 50 hectáreas.
Aprovecho esta oportunidad para denunciar que en internet se ha adulterado el texto de la Constitución de 1979. Se ha eliminado el último párrafo del artículo 125, el cual permitía la expropiación con bonos. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la izquierda para evitar que los peruanos comprendan que el derecho de propiedad segura es clave para el desarrollo?
Otro mito repetido es que la agricultura pre reforma agraria quebró al Banco Agrario. ¡Mentira podrida! Los agricultores de entonces pagaban sus deudas, todas garantizadas. Además, el banco cobraba intereses diferenciados según el tamaño del fundo, permitiendo subsidiar a los pequeños productores.
La verdadera quiebra del Banco Agrario ocurrió cuando, con la Reforma Agraria, se volvieron inembargables las tierras. Esto impidió que el crédito privado llegara al campo, dejando al Banco Agrario como única fuente de financiamiento, pero sin garantía alguna. Las cooperativas, también con tierras inembargables, tampoco pagaban sus deudas, y el banco no podía ejecutar a las morosas.
El puntillazo final se lo dio el gobierno de Alan García, que en plena hiperinflación estableció los préstamos con interés cero, política que terminó por destruir el sistema financiero del agro.
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