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Horas difíciles para la democracia

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Fecha Publicación: 10/01/2025 - 22:20
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Lo ocurrido en la hermana República de Venezuela ha sido, sin duda, la noticia principal este fin de semana y portada en los medios de información en el mundo, por la gran expectativa que levantó la juramentación del reiterado presidente Nicolás Maduro y dos candidatos que se disputaban haber ganado en las elecciones generales de julio del año pasado. Claro que, para los países democráticos del mundo, el indiscutible ganador fue Edmundo González, que arrasó en las urnas, mientras que el casi presidente vitalicio se reclamaba también ganador, sin importarle el vergonzoso fraude que había cometido y que todos habíamos espectado con estupor.
La situación se mantenía tensa y difícil a medida que se acercaba la fecha. Mientras los líderes de la oposición preparaban grandes marchas en Venezuela y muchos otros países del mundo, González anunciaba su presencia en Caracas y María Corina Machado decía dejar la clandestinidad después de cinco meses de haber pasado a ella. Por su parte, Maduro vociferaba desde el poder que ellos serían detenidos tan pronto se les viera en suelo llanero y armaba, con fusiles de guerra, a civiles adictos a él para reforzar su seguridad y así poder jurar, por tercera vez, su írrito mandato.
El ambiente no era, pues, de lo mejor. De un lado estaban quienes gritaban libertad y pedían que Maduro dejara el poder; de otro lado, se le veía a Maduro irascible, autoritario, amenazante, apoyado por esa cúpula militar que lo ha mantenido en el poder todo este tiempo. Venezuela atravesaba sus horas decisivas. Resultaba previsible cualquier acto de violencia, y muchos observadores anunciaban baños de sangre en defensa de una democracia robustecida por el calor popular, sin las armas, sin embargo, de las que hacía gala el dictador.
En estas circunstancias, fue que, en la masiva concentración del jueves, se le ve a María Corina Machado salir de la clandestinidad para dirigirse al pueblo que la vitoreaba y hablarle por espacio de media hora, aunque, minutos después, sería detenida por agentes camuflados del gobierno, cuando abandonaba la concentración. Esta acción, sin embargo, sirvió para que Maduro comprendiera la torpeza de su medida, con efectos devastadores para su propósito. Horas después, se vio obligado a ordenar su libertad.
Detenida María Corina Machado, la indignada reacción de los presidentes, líderes políticos y ciudadanos del mundo democrático fue contundente. Las redes sociales fueron portadoras del rechazo masivo de la opinión pública internacional. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, luego de expresar su apoyo a la oposición liderada por Machado y González, exigió que se mantuvieran a salvo a los “luchadores por la libertad”, ¡a los que “no se debe hacer daño y deben permanecer seguros y libres!”.
“La activista por la democracia venezolana María Corina Machado y el presidente electo González están expresando pacíficamente las voces y la VOLUNTAD del pueblo venezolano, con cientos de miles de personas protestando contra el régimen”, escribió Trump en su cuenta de X.
El presidente de Argentina, Javier Milei, advirtió a través de un comunicado que “en un operativo digno de las peores dictaduras de la historia, agentes del régimen de Maduro dispararon contra su escolta y la habrían secuestrado violentamente en frente de miles de manifestantes”.
En nuestro país, muchos políticos condenaron desde sus redes la detención de Machado. El exministro de Relaciones Exteriores, Javier González Olaechea, rechazó el intento de secuestro e hizo un llamado a los venezolanos para que recuperen su país. A su vez, la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, también condenó el ataque a Machado y rechazó la dictadura de Nicolás Maduro.
El congresista Alejandro Cavero, por su parte, calificó de “dictador cobarde” a Maduro y señaló que “María Corina Machado es la mujer más valiente de América Latina. El dictador cobarde y asesino de Maduro la acaba de secuestrar. Hoy más que nunca el mundo debe saber que el chavismo es violencia, es odio y es miseria. El mundo tiene que actuar”. Lo propio hizo la congresista Patricia Chirinos al denunciar que “el cobarde ataque contra María Corina Machado desnuda al régimen chavista como un aparato de terror que aplasta la democracia y secuestra la voluntad del pueblo venezolano”.
Es necesario que se desplieguen todos los mecanismos previstos a nivel de organizaciones internacionales y democráticas a fin de que reclamen por la dictadura que viene sufriendo el hermano país de Venezuela y pongan de manifiesto su protesta ante una situación a todas luces antidemocrática, que no se puede tolerar en nuestro hemisferio. Guardar silencio es convertirse en cómplice de un sátrapa.

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