Hoy es día de la Declaración de la Independencia del Perú

Hay una efeméride que suele pasar inadvertida y eso debe cambiar. Un día como hoy, el 15 de julio de 1821, hace 204 años, fue firmado en la ciudad de Lima, el Acta de la Declaración de la Independencia del Perú. Este fue el momento de iure más trascendente que marcó la naturaleza jurídica de nuestra Independencia de España, convirtiendo a nuestro país en Estado soberano; sin embargo, la memoria colectiva de los peruanos relieva mayoritariamente al día de la proclamación de la independencia -el momentum político-, que fue 13 días después, el 28 de julio de 1821, realizada en la Plaza Mayor de Lima y en dos plazuelas de la también llamada Ciudad Jardín. Diferenciemos: la declaración fue el acto del derecho y la proclamación el acto político. Los dos actos fueron necesarios, indispensables y complementarios, donde la ausencia de uno de ellos no permitía el perfeccionamiento del otro como legítimo, carácter indispensable para confirmar al Estado como sujeto del derecho internacional, es decir, con capacidad para contar derechos y deberes, y asumir responsabilidad internacional. La impecable redacción del Acta fue obra del arequipeño Manuel Pérez de Tudela, y fue firmada en acto solemne por los vecinos y notables de Lima y los pobladores de aquel 15 de julio del inicio del siglo XIX, que fue a los pocos días que Don José de San Martín, finalmente había podido ingresar en Lima, y el virrey La Serna, en cambio, decidió en abandonarla con destino hacia la sierra. Ese día, que fue histórico, hay que decirlo, en cabildo abierto, convocado por el alcalde de San Isidro, a pedido del Libertador, el Acta se convirtió en el instrumento formal por excelencia del nuevo Estado independiente que afianzó su nacimiento a partir de los principios del Uti possidetis de iure y la libre determinación de los pueblos, bases del derecho internacional para la fundación de los Estados a partir del siglo XIX. No es casual, entonces que, conforme a ley, a partir de hoy, Lima y las demás ciudades del país, deberán lucir embanderadas con el mayor emblema nacional. San Martín era consciente de la importancia de contar con el referido momento de iure para el país que emergía en la sociedad internacional sin depender más de España. El desencadenamiento jurídico era indispensable para llegar al otro momento, el político, con una base de iure. Por esa época el sistema westfaliano del derecho internacional exigía contar con todo un conjunto de armonías jurídicas para que el naciente Estado pudiera merecer el respeto, el reconocimiento y la solidaridad de la comunidad internacional. Eso fue lo que pasó el 15 de julio de 1821 y por eso al tiempo que el Acta debería incorporarse en el currículo escolar para relievar su trascendencia en la historia de nuestro país, el Congreso de la República debería celebrar hoy una sesión solemne en homenaje a esta fecha trascendental en el inicio de nuestra vida como Estado nación, miembro de la comunidad jurídico-política internacional.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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