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Impacto de la elección de Donald Trump en la economía peruana

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Fecha Publicación: 16/11/2024 - 21:10
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Esta semana se confirmó la elección de Donald Trump para su segundo periodo gubernamental (no consecutivo). Los holgados resultados han permitido al partido republicano el control del Senado y la Cámara de Representantes, además de contar con una Corte Suprema conservadora. Estos resultados le allanan el camino al presidente Trump para imponer su visión de que su país “vuelva a ser grande” (Make America Great Again en inglés).

El primer periodo de Donald Trump en 2016 marcó un cambio significativo en las políticas exterior y económica de los Estados Unidos. Su agenda de “Estados Unidos primero” (America First), caracterizada por políticas comerciales proteccionistas, reducción de impuestos a las empresas, controles de inmigración más estrictos y un enfoque en acuerdos bilaterales en lugar de multilaterales, tuvo un impacto significativo en América Latina. En esta entrega exploramos el potencial impacto de las políticas del segundo periodo de Trump en las economías de los países latinoamericanos, con un enfoque particular en nuestro país.

Uno de los aspectos más notables del primer periodo de Trump fue su enfoque respecto al comercio internacional. Su administración renegoció los acuerdos comerciales existentes e impuso aranceles a varios productos, con el objetivo de proteger las industrias estadounidenses y reducir su déficit comercial. La renegociación de acuerdos comerciales, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que fue reemplazado por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y el inicio de una guerra comercial con China, generaron un efecto dominó en la región. El cambio hacia políticas más proteccionistas señaló una amenaza potencial para otros acuerdos comerciales, incluido el Acuerdo de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Perú.

La incertidumbre en torno al futuro de este tipo de acuerdos llevó a la intensificación del comercio peruano con otros socios comerciales, especialmente China. En el Gráfico 1 se presenta la evolución de las exportaciones peruanas a China y a los Estados Unidos para el periodo 2008–2023, en miles de dólares americanos.

Observamos que, a partir de la puesta en marcha de los TLC con China y Estados Unidos en 2009, las exportaciones a China han registrado un aumento significativo, mientras que las exportaciones a Estados Unidos, que crecieron a un ritmo similar al de China entre 2009 y 2013, cayeron entre 2013 y 2015 debido a la crisis financiera en Estados Unidos. Si bien se recuperaron durante el primer periodo del presidente Trump, lo hicieron a un ritmo menor que las exportaciones a China.

La epidemia de COVID redujo las exportaciones tanto a Estados Unidos como a China, pero luego, durante el período de Biden, retomaron su crecimiento. Sin embargo, los embarques a Estados Unidos crecieron más lentamente que las exportaciones a China. Los menores ritmos de aumento de las exportaciones a Estados Unidos desde 2014 han conducido a que las exportaciones peruanas a China sean más del doble que las exportaciones a Estados Unidos, convirtiendo a China en el mayor socio comercial de nuestro país.

La evolución de nuestras exportaciones a China y a Estados Unidos revela que China ha tenido una política comercial más agresiva, especialmente en el área de minerales, mientras que la política comercial de Estados Unidos, tanto durante el primer periodo de Trump como durante el de Biden, no ha favorecido significativamente las exportaciones peruanas a ese país.

¿Por qué la política comercial de Trump en su primer periodo no afectó significativamente la relación comercial entre Estados Unidos y Perú? La principal razón es que la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) entre Estados Unidos y Perú, a pesar del TLC, se ha mantenido deficitaria, a diferencia de lo registrado en la balanza comercial del Perú con China. En el Gráfico 2 se presenta la evolución de la balanza comercial del Perú con China y Estados Unidos para el periodo 2008–2023. Observamos que, a partir del TLC con China, la balanza comercial con este país, que era deficitaria, se ha convertido en superavitaria y en crecimiento. En cambio, la balanza comercial con Estados Unidos ha continuado siendo deficitaria y con tendencia creciente, lo que explica por qué durante el primer periodo de Trump, Estados Unidos no buscara modificar el TLC con Perú, a diferencia de lo que sucedió con el TLC con México y Canadá.

Del análisis anterior podemos deducir que el nuevo periodo de Trump no se traduciría en cambios significativos en los aranceles para los productos peruanos ni en cambios en el TLC. Sin embargo, una eventual guerra comercial entre Estados Unidos y China tendría efectos indirectos sobre las exportaciones peruanas. Por un lado, se esperaría un menor crecimiento de la economía china, lo cual podría limitar el crecimiento de nuestras exportaciones debido a una menor demanda de minerales en el mercado chino.

En este contexto se entienden los discursos de los países asiáticos en el foro de la APEC a favor de la continuación del desarrollo de la apertura comercial. Por otro lado, podrían presentarse oportunidades únicas para la industrialización de la economía peruana, incrementando sus exportaciones de productos manufacturados que hoy vende China y cuyo ingreso a Estados Unidos pudiera enfrentar restricciones en un segundo gobierno de Trump. Añadiendo valor agregado peruano, estos productos estarían en condiciones de exportarse a los mercados norteamericanos y europeos bajo los TLC existentes.

En este campo, el megapuerto de Chancay puede jugar un papel protagónico. La Zona Económica Especial (ZEE) a establecerse en el área de influencia del megapuerto de Chancay debería permitir la transformación de insumos locales e importados en productos terminados, con valor agregado peruano, para ser exportados a los mercados norteamericanos y europeos. De igual manera, la ZEE de Chancay, con una adecuada infraestructura (conexión con Brasil), podría ser utilizada por productos brasileños (que no tienen TLC con China ni con Estados Unidos) para transformarlos (con valor agregado peruano) en productos exportables al mercado asiático o norteamericano. El beneficio sería doble: menor costo de transporte y acceso al mercado asiático.

Otro aspecto por considerar es el impacto de las políticas proteccionistas de un segundo periodo de Trump sobre las monedas de los países latinoamericanos. El aumento de aranceles en Estados Unidos generaría inflación en la economía estadounidense y se traduciría en un aumento del costo de las importaciones de los países latinoamericanos, así como en una depreciación de sus monedas frente al dólar. En el caso del Perú, sus significativas reservas internacionales le permitirían mitigar esta devaluación. Sin embargo, un sol más fuerte haría que las exportaciones no tradicionales peruanas fueran menos competitivas en comparación con otros países de la región. Los mayores costos de importación afectarían el poder adquisitivo de los consumidores peruanos.

En resumen, un segundo periodo de Trump generaría una mezcla de desafíos y ajustes para los países latinoamericanos, pero estos serían menores en el Perú. La postura proteccionista y los cambios en las políticas comerciales y de inmigración podrían crear un panorama económico más incierto y volátil en la región. Las fortalezas económicas del Perú, con una adecuada gestión gubernamental, serán esenciales para adaptarse a la evolución del entorno económico mundial y buscar oportunidades de crecimiento y estabilidad.

(El contenido de esta columna se puede consultar en http://www.prediceperu.com).

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