Impacto de la Salud Digital en el Perú y el mundo

La salud mundial se encuentra en una encrucijada crítica en la actualidad, donde los sistemas de atención médica enfrentan desafíos financieros considerables. Este escenario se desarrolla en un contexto económico global complejo, donde las prioridades compiten por los limitados recursos públicos destinados a la salud.

Los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se esfuerzan por aprovechar al máximo el potencial de la salud digital. Sin embargo, se enfrentan a desafíos significativos, como la obsolescencia y fragmentación de las tecnologías y los datos sanitarios.

Según la OCDE, en 2019, antes de la pandemia, sus países miembros gastaban en promedio el 8.8% del PIB en atención médica, una cifra relativamente sin cambios desde 2013. Para 2021, esta proporción había saltado al 9.7%. Sin embargo, las estimaciones para 2022 apuntan a una caída significativa del ratio hasta el 9.2%, lo que refleja una menor necesidad de gasto para hacer frente a la pandemia, pero también el impacto de la inflación.

En los países de la OCDE, el gasto en salud por persona fue de poco menos de 5,000 dólares en promedio, oscilando entre 12,555 dólares en Estados Unidos y 1,181 dólares en México (ajustado por diferencias en el poder adquisitivo).

La salud digital abarca una amplia gama de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) diseñadas para transformar los procesos de atención médica. Desde la telemedicina hasta la gestión de datos de salud, estas herramientas están revolucionando la forma en que se presta la atención médica, se protege la salud pública y se gestionan las enfermedades crónicas. Por ejemplo, la telemedicina ha ganado terreno como una forma efectiva de proporcionar consultas médicas a distancia, permitiendo un acceso más amplio a la atención médica, especialmente en áreas remotas o con recursos limitados.

A pesar de los avances en salud digital, persisten desafíos significativos en su implementación y adopción generalizada. La escasez de personal sanitario, exacerbada por el envejecimiento de la población en muchos países, plantea dificultades para garantizar una atención médica de calidad y accesible para todos. Además, la seguridad digital se ha convertido en una preocupación creciente, con el aumento de los ciberataques dirigidos al sector de la salud y la necesidad de proteger los datos confidenciales de los pacientes.

En el contexto específico del Perú, la salud digital está ganando terreno como una herramienta crucial para mejorar la atención médica y garantizar el acceso a servicios de calidad para todos los ciudadanos. Programas como el Programa Nacional de Telemedicina del Ministerio de Salud (MINSA) están desempeñando un papel fundamental en la expansión de la salud digital en el país, facilitando el acceso a servicios de salud remotos y mejorando la coordinación entre los proveedores de atención médica; la digitalización es menos costosa y mejora la eficiencia del sistema de salud en poco tiempo, de ahí que debe incrementarse el presupuesto para esta tarea.

Además del sector público, el sector privado también está desempeñando un papel activo en la promoción de la salud digital en el Perú. Aseguradoras, clínicas privadas y consultorios están implementando plataformas en línea y aplicaciones móviles para mejorar la experiencia del paciente y brindar servicios de atención médica más personalizados y eficientes.
En Perú, en 2022, el gasto per cápita en salud fue de solo US$ 227.83 (frente al promedio de 5 mil dólares de la OCDE, y representó la cuarta parte del gasto en México) y solo el 58.4% de la población (19.6 millones de personas) contaban con acceso a un teléfono móvil con conexión a Internet.

Sin embargo, para que la salud digital alcance su máximo potencial en el Perú y en otros países, es necesario abordar una serie de desafíos pendientes. La conectividad limitada en zonas rurales, la interoperabilidad de los sistemas de información de salud, la capacitación del personal sanitario en el uso de tecnologías digitales y la modernización de las regulaciones son solo algunos de los obstáculos que deben superarse.

En conclusión, la salud digital ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la atención médica y garantizar un acceso equitativo a servicios de calidad para todos los ciudadanos.

A medida que los países continúan enfrentando desafíos financieros y sanitarios, la salud digital emerge como una herramienta esencial para abordar estas complejas problemáticas y construir sistemas de salud más eficientes, resilientes y centrados en las necesidades de las personas.

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