¡Incitando a la subversión!
Cuando Vizcarra clausuró el Congreso de la República, la “Concentración Mediática de la Corrupción” CMC aplaudió aquel quiebre constitucional/democrático. Cuando los partidos de la oposición salieron en esos días a protestar en la calle –encabezados por los propios legisladores defenestrados- la CMC silenció la brutal represión lanzada por el golpista Vizcarra contra los expulsados parlamentarios y sus simpatizantes. Los diarios, radios y televisoras de la CMC, parcializados al golpista Vizcarra, orquestaron una brutal campaña de desprestigio contra el Congreso calificándolo de manipulador, inservible, etc. La razón era simple. La insaciable CMC necesita que un corrupto como ella maneje el gobierno, para seguir financiándose con dineros del Estado -disfrazados de pagos por avisaje estatal- y defender a Odebrecht, Graña y Montero, el Club de la Construcción y demás capos de la corrupción. Además, para seguir corrompiendo día a día al país usándolo como escudo de la estirpe podrida que lo manejaba a su antojo. Hoy que el corrupto ha sido vacado de la presidencia, la CMC se rasga las vestiduras “democráticas” gritando “golpe”, y fomentando descaradamente el soliviantamiento del pueblo agitando la bandera del “Congreso corrupto, golpista”.
¡Pero a la par victimiza a ese mendaz, lenguaraz, intrigante e imputado por corrupción, Martín Vizcarra Cornejo! Integran el CMC los canales televisivos –concesionados por el Estado- 2, 4, 8, 9; RPP. Desde que se debatiera -y aprobara por arrolladora mayoría- la vacancia del acusado por corrupción Vizcarra, éstos se convirtieron en máquina sediciosa presta a promover la toma de calles, la violencia extrema, el desafío a la autoridad, la quiebra del Estado de Emergencia -todavía vigente, debido a la pandemia- y, en fin, el amotinamiento general contra el Estado representado por el presidente Manuel Merino. Los Canales 4 y 8 de El Comercio (tiene entre sus accionistas a José Graña Miró Quesada, auto inculpado corrupto para ser colaborador eficaz, intentado reducir su condena), Canal 2, propiedad del fondo de inversión Enfoca (Jesús Zamora, figura principal; aunque los verdaderos dueños son cientos de inversionistas que no tienen cómo efectivizar su capital), Ángel Gonzales (mexicano, dueño del canal 9), y RPP (de los herederos de Manuel Delgado Parker) deben una explicación a la Justicia. A este claque subversivo se unió Canal7 del Estado. Los diarios asumen su responsabilidad pues son empresas que no usan propiedad alguna del Estado para operar y lucrar. Pero la TV utiliza el radioespectro nacional, propiedad de 32 millones de compatriotas.
Concesión que la televisión ha usado –y sigue haciéndolo- para amotinar al país, Peor aún, inventando en todos los casos (está comprobado) presuntas “protestas espontáneas”, cuando en rigor esas “protestas” fueron ensambladas por la Concentración Mediática Corrupta, apelando a un vil montaje como martillarle al televidente 20 horas cada día dedicadas a una falacia: “el pueblo tomó las calles, indignado contra un Congreso corrupto, que dio un golpe para vacar al presidente”. ¡Esto se llama sedición! ¿Queremos un país viable? Entonces los dueños de esas televisoras deberían responder ante la Justicia por incitar el amotinamiento nacional.