Información, cultura y democracia
Una seria investigación periodística a nivel internacional iniciada en Alemania llevada adelante por un equipo periodístico de alto nivel y apoyada por académicos de una prestigiosa universidad de Israel, determinó que existe un mercado negro de empresas que se dedican a desinformar o desprestigiar actores políticos con la finalidad de influir en resultados electorales. Estarían activos en diversas regiones del planeta. En África incluso para derrocar gobiernos. En Latinoamérica tenemos un amplio sector electoral conformado por poblaciones que no han recibido una educación sustentable. Además carecen de medios económicos para adquirir un periódico en los que diariamente resumen, bajo criterios de responsabilidad profesional , tanto noticias como comentarios .
En algunas oportunidades la población accede a la televisión, masificada, que ofrece programas estructurados para gente que no lee, no piensa ni menos reflexiona. Aquellos que aceptan lo que les divierte. Es decir lo frívolo, de impacto primario.
Lo más grave, en tendencias de desinformación, se encuentra en las redes. ¿Quién no ha recibido en su celular algún mensaje no firmado en que aparece una persona gritándonos que hagamos lo que a ellos les da la gana ”viral”? Esto fundamenta la sospecha de que hay organizaciones que contratan a personas , con voz impostada y tono de alarma, con el objeto de influenciar. Aparentan dar una versión “oficial” y tienen como denominador común la tendencia de infundir miedo, que es el lado más débil de quien no ha podido acceder a una educación sólida.
Lo que parecería libertad de expresión, resulta una grave interferencia con la democracia, entendida esta como el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar -con libertad- a sus gobernantes. La información manipulada a la sombra, se aleja de la verdad, creando una psicosis negativa, que tiende a orientar o fomentar enfrentamientos. En la aludida investigación periodística realizada en diversos países, uno de los que maneja una siniestra empresa de desestabilización política, que trabaja con el seudónimo de “Jorge”, admite que cuenta con los sofisticados métodos y conexiones para lo que recibe pagos de aproximadamente quince millones de dólares para una campaña.
¿Qué hacer frente a este hecho? No se debe difundir mensajes anónimos. Estos deben aparecer, como los libros, con información de registro del responsable. Principalmente se puede contrarrestar lo negativo si apoyamos a los difusores de prestigio. Aquellos que actúan bajo criterios de responsabilidad basados en una sólida preparación. En otras latitudes, como en Europa, la sociedad apoya a los filósofos, a los escritores e intelectuales reconocidos.
En el Perú, el Estado no facilita la publicación de libros serios, a pesar de contar con recursos para ellos. La cultura es el mejor sustento para la democracia.
La ignorancia es madre del miedo y propicia violencia: en tanto que la sabiduría engendra prudencia y paz. Esta sabiduría y profesionalismo involucra a nuestra Cancillería. Más aún si se tiene en cuenta que más allá de nuestras fronteras nacionales, son los escritores una suerte de embajadores culturales que acceden con mayor facilidad en la opinión pública y de tal manera convocan adhesiones.
El compromiso intelectual de Torre Tagle es ineludible. Cada vez más la sociedad es consciente de que una buena gestión diplomática requiere de un conocimiento profundo y de un trabajo que involucre a los exponentes más destacados, necesidad que está hoy más vigente que nunca.
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