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Integración económica: ¿en la cima o la sima?

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Fecha Publicación: 02/07/2019 - 21:20
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Así como en el lenguaje “cima” y “sima” suelen confundirse, también en los procesos de integración profunda cuesta mucho distinguir si estamos en la parte más alta del proceso (cima) o si hemos caído en un pozo (sima).

Posiblemente, el origen de esta confusión se ubica en la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump,  de retirarse del TPP. Esa decisión detuvo el proceso de integración más grande de la historia y repercute de una manera u otra en el proceso de la Alianza del Pacífico.

Sin duda, hay incertidumbre en el proceso de integración del mundo, pero, antes que poner en duda la voluntad de integración que existe en los empresarios y en los gobiernos, debemos detenernos un momento para darnos cuenta de que la raíz está en un mundo que está cambiando radicalmente y que no alcanzamos a entender totalmente.

En el plano económico, por ejemplo, ya estamos en una nueva era conocida como ‘la cuarta revolución industrial’ que provoca cambios y quiebres radicales en la forma de producir y negociar. Las complicaciones normativas que genera la competencia entre taxis tradicionales y taxis por aplicativos es apenas una pequeña muestra de la necesidad de tener nuevas normas para regular nuevas actividades.

Negociar un acuerdo de libre comercio para eliminar aranceles resulta una tarea fácil frente a lo que representa buscar el libre comercio de servicios. Es fácil medir cuánto se gana o pierde cuando se elimina un arancel; pero no es fácil hacer un análisis de costo-beneficio cuando se trata de la exportación de servicios.

Para empezar, no tenemos una idea clara de cuál es el monto de exportación de servicios del Perú porque muchas de estas operaciones pueden hacerse sin pedirle permiso a nadie o sin someterse al control de nadie.

El impacto de la integración sobre el mercado laboral es otro problema complicado. Precisamente, el proteccionismo de Trump se origina en la pérdida de puestos de trabajo por el libre comercio internacional en Estados Unidos. Entonces, existiendo diversos resultados inciertos, varios países, entre ellos México y Colombia, prefieren hacer una pausa y repensar sus estrategias. Sin embargo, esta incertidumbre y esta pausa no deben interpretarse como señales de retroceso. Diríamos, más bien, que son señales de la necesidad de conocer mejor el nuevo orden económico global que se está configurando.

En ese escenario, el Perú también tiene sus propias tareas. Evidentemente, hay una alta concentración en el ordenamiento institucional del país que ha debilitado la relación público-privada. Sin embargo, debemos evaluar qué tipo de pausa estamos haciendo para que quede claro que no estamos retrocediendo, sino que queremos tener claridad para avanzar más rápido.