Intereses nacionales y de terceros

A raíz de nuestro último artículo ('¿Los nuevos dueños del Perú?') recibí preguntas tales como "¿por qué cuestionas a las inversiones chinas?", "¿tú no incentivabas la inversión privada?" y "No hay que tenerle miedo a los chinos si traen su dinero y tú les pones las condiciones a su inversión".

En primer lugar no solo ratifico mi apoyo a la inversión privada, sino que creo que es la única forma sostenible de lograr desarrollar nuestro país. En lo que a las inversiones chinas se refiere, por ejemplo creo que en Chancay están desarrollando una obra muy necesaria, que nos distinguirá regionalmente y mejorará la competitividad del país. Pero una cosa es apoyar el megapuerto de Chancay o sus inversiones mineras, y otra, muy distinta, es apoyar el monopolio estatal chino de la distribución eléctrica en Lima y Callao, con todos los efectos que esto conllevaría y con todo lo que China ya ha avanzado.

Afortunadamente también hubo diversos mensajes de aquellos que apoyaban mi punto de vista. Asimismo la Sociedad Nacional de Industrias, en un comunicado en el que expresa su preocupación por lo que representaría una concentración en la distribución de la energía eléctrica en Lima, expresa que “No se trata de la generación de un ‘monopolio’ en manos privadas, sino de la ‘creación de un monopolio’ en la propiedad de la distribución de energía eléctrica en manos de una potencia extranjera”.

Y ya que estamos en el tema del interés nacional versus el de terceros, desearía recordarles un caso protagonizado por la empresa china que adquiriera Luz del Sur (CTG), encargada de la distribución eléctrica de la zona sur de Lima. Se trata de la venta de Chaglla, el activo más valioso de Odebrecht en el Perú, en el que la brasilera había logrado que el Estado, Electro Perú (ELP), estuviera obligado a comprarle su producción a un precio elevado, eliminando cualquier riesgo comercial. Y como el precio establecido al inicio de la operación de Chaglla estaba en $ 60 por MW aproximadamente, mientras que en esos momentos el precio spot estaba a $ 10, ELP otorgaba un subsidio de $ 50 por MW a favor de Odebrecht, por lo que en ese caso el interés nacional en el momento de la venta de Chaglla debería de haber sido que ELP hubiera comprado transitoriamente dicha hidroeléctrica.

Y una vez adquirida, ELP se hubiera desistido del abusivo contrato por el que está obligado a comprar su producción a un precio elevado. Y luego de haberse desistido de dicha obligación Chaglla, se hubiera privatizado nuevamente, ahorrándole decenas de miles de millones al Estado. Pero a pesar de haberle recomendado lo anterior al gobierno de Vizcarra, éste decidió vender Chaglla con dicha cláusula abusiva a la china Three Gorges Corporation (CTG). En otras palabras el subsidio que los peruanos le entregábamos a Odebrecht, ahora se lo entregamos a los chinos.

Como podrán apreciar, el interés nacional y el interés de la empresa estatal China CTG se encontraban en polos opuestos, habiéndose impuesto el interés de terceros y no el interés nacional. ¿Esperaremos que en el caso del monopolio de la distribución eléctrica de Lima y Callao se repita el mismo resultado?

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