Inti/Bryan: Asesinato mediático caviar
Finalmente se hizo justicia con Manuel Merino, ex presidente de la República, Ántero Flores-Aráoz, ex primer ministro, y Gastón Rodríguez, ex ministro del Interior, imputados por los impresentables morados como responsables de la muerte de dos adolescentes ocurrida durante la asonada que montaron los progre. Estos últimos confabularon de la mano de la prensa canalla –RPP, La República, El Comercio, canales 2,4,5,7,8,9- para obligar a que renuncie el entonces presidente Merino, elegido por el Congreso, que asumió el mando tras la vacancia del miserable Vizcarra. El Parlamento nacional, luego de año y medio de investigación por la comisión respectiva, el viernes pasado acordó el archivamiento definitivo de la acusación constitucional presentada a trámite el 11 de diciembre 2021.
Repasemos. Zoraida Ávalos, cuestionada ex Fiscal de la Nación, denunció a tres ex integrantes del fugaz régimen Merino responsabilizándoles del fallecimiento de dos adolescentes, llamados Inti y Bryan, imputándoles haber convalidado la comisión de “lesiones graves, leves y desaparición forzada en agravio de personas a determinar, delitos cometidos en el contexto de violación de los ddhh”. ¡Eran tiempos en que los caviares mandaban en el país! Vacaron a Vizcarra, porque la evidencias de corrupción de este miserable eran escandalosas, y no les convenía cargar con semejante muerto en vida. Pero como solo tenían cuatro o cinco votos propios en el Pleno, se unieron a la mayoría, votando por la elección de Merino como presidente del Congreso, siendo conscientes de que aquello le elevaría a la jefatura del Estado. Pero como los caviares no dan puntada sin hilo urdieron una trama más pérfida, aunque eficaz; sacar a Merino y colocar transitoriamente a uno de los suyos, apellidado Sagasti.
El complot funcionó, gracias a la complicidad de la mencionada prensa encanallada que ellos manipulan; y a la medianía de las demás bancadas que habían votado a favor de Merino. Montaron entonces un escenario de protesta callejera, exacerbando a los jóvenes, siempre tan manipulables por la mafia caviar, inventando aquello de la generación del bicentenario.
¡Nombre de batalla que pegó en ese rango social! Los citados periódicos, y estaciones radiales y televisivas se enlazarían en cadena, publicando ediciones casi calcadas una de otra, y transmitiendo las 24 horas del día una misma cantaleta: “Merino Golpista”, “Merino no me representa”, “Fuera Merino”, arengando a la poblada a que “asista a los lugares de reunión”, establecidos aleatoriamente cada día, “para protestar contra este golpista.” ¡A nuestro juicio, esa prensa azuzadora incitó a la muerte de Inti y Bryan! Las evidencias así lo dicen. Lima fue destrozada por jóvenes enardecidos por la estrategia caviar y exacerbados por esa prensa encanallada a su servicio. La Policía actuaba a la defensiva –por cuestión de reglamento- visto que el gobierno apenas llevaba un día en el poder cuando los incitadores pasaron la voz: “busquen el muertito”.
¡Y “ordenaron” agudizar los ataques contra la Policía! Estas dos víctimas mortales perecieron por disparos de perdigones con propiedades que no utiliza nuestra Policía. Apenas Merino renunció, los caviares metieron de cabeza a Sagasti. ¡Prueba plena del complot!
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