Inversión con gestión social

La semana pasada un suceso inesperado sorprendió a todos. Los noticieros relataban el hundimiento del suelo en el sector Comité 17 del centro poblado de Peralvillo (Chancay). Ante el reclamo airado de la población afectada, la empresa china Cosco Shipping (encargada del proyecto) detuvo temporalmente la construcción del túnel en el proyecto Terminal Portuario de Chancay, el cual se convertirá en el más importante de Sudamérica y unirá esta parte del mundo con Asia.

El incidente pudo haberse producido por fallas geológicas propias del terreno, como señalan algunos especialistas. Pero fue un mal manejo de la crisis, con respuestas inadecuadas e inoportunas por parte de la empresa, lo que generó un conflicto social que hoy afecta la relación entre la empresa y la población local. Finalmente, la empresa tuvo que aceptar toda la responsabilidad.

Si el equipo de relaciones comunitarias o la agencia de gestión social de la empresa hubieran identificado a tiempo el alto riesgo social que significaba realizar estas obras (hacía un tiempo que un grupo de vecinos organizados ya expresaban su disconformidad por las grietas en sus viviendas, que al parecer respondían a las voladuras), se habría evitado la percepción negativa que hoy tiene la empresa entre los pobladores, que habitan la zona de influencia de un proyecto que representa una inversión de 3,600 millones de dólares.

¿Cómo logramos que grandes proyectos de inversión en infraestructura, minería, energía, agroindustria y otros sectores estratégicos avancen sosteniendo una buena relación con los actores sociales impactados? No solo requerimos reformular nuestra política en manejo de conflictos sociales, sino convertir a las poblaciones impactadas en socios estratégicos de estos proyectos.

El reto es exigir que los Estudios de Impacto Social no sean un pequeño capítulo en los Estudios de Impacto Ambiental, sino convertirlos en un estudio independiente y obligatorio. Lo social se previene. Se construyen escenarios de riesgo y se identifican soluciones viables para cada caso.

Los actuales y futuros proyectos de inversión deben incluir este tipo de estudios de impacto social. Una exitosa combinación entre gestión y comunicación social eficiente anticipa y previene riesgos como el ocurrido en Chancay hace unos días. El 2024 y 2025 finalizará una serie de proyectos de gran envergadura que favorecerán el crecimiento del país, como la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el Aeropuerto de Chinchero o la Línea 2 del Metro de Lima y Callao.

Pero vendrán luego las Líneas 3, 4 y 5 del Metro de Lima, además de otros proyectos en minería, energía y carreteras que impactarán a poblaciones de distintas regiones. Anticiparnos a los escenarios de riesgo social que podrían tener estos proyectos es una necesidad imperiosa si queremos alcanzar verdaderos estándares de desarrollo.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.