Investigación criminal

La división de Secuestros de la Dirincri (Dirección de Investigación Criminal) ubicó al asesino conocido como el “maldito Cris” y, con la participación de otras unidades policiales, lo abatió.

Uno de los factores que casi nunca toman en cuenta los que hablan y opinan sobre temas de seguridad ciudadana, es que la labor de los detectives, la investigación criminal, es un elemento decisivo en el combate a la delincuencia. Y esa es una especialidad distintiva de la Policía.

La Policía Nacional tiene una gran experiencia y excelentes detectives. Cuando realmente se lo proponen y tienen el respaldo necesario, atrapan a los malhechores.

Otro ejemplo reciente es el de la captura del terrorista “Carlos” en el Vraem, en un pueblo cercano a Huanta, Ayacucho. En este caso fue apresado por efectivos de la Dirandro (Dirección Antidrogas), también con un trabajo de investigación, que lo ubicó mientras reglaba una comisaría a la que planeaban atacar por órdenes del narcotráfico, que contrata a los terroristas para esas tareas.

Muchas veces se ha escuchado en el último tiempo a supuestos entendidos en la materia demandar el involucramiento de las FFAA en la lucha contra la delincuencia. O convertir a los serenos en policías municipales para lo mismo.

Como es obvio, las FFAA no saben –ni tienen por qué saberlo– de investigación criminal. Por supuesto, los serenos tampoco. Eso necesita no solamente preparación y estudios sino, sobre todo, experiencia, que es transmitida de generación en generación.

La investigación criminal requiere habilidad para encontrar a los delincuentes, y también conocimiento de las leyes y los procesos para obtener las pruebas, de tal modo que una vez capturados, puedan ser juzgados y sentenciados.

Aunque ahora, desgraciadamente, el nuevo Código Procesal Penal (CPP) le ha arrebatado a la Policía la investigación preliminar –lo que era el atestado policial– y se la ha trasladado a la Fiscalía. Los fiscales no saben investigar, ni tienen las capacidades de la Policía. Esa es una de las razones por las que muchos delincuentes que son atrapados salen libres.

Hay proyectos de ley para modificar el CPP que duermen en el Congreso. Pero a la mayoría de parlamentarios en realidad no les importa la seguridad ciudadana y solo les interesa el figuretismo, aprobando leyes que empeoran las cosas, como esa norma para entregar armas menos letales a los serenos, o aumentando las penas una y otra vez, como si ese fuera el problema y no la necesidad de capturar y sentenciar a los delincuentes.

Los delitos han crecido en el Perú, pero el problema principal es que cada vez son más violentos, en parte por la masiva importación de delincuentes venezolanos -como el “maldito Cris”- y colombianos.

La solución no está en soplarle la pluma a los serenazgos –o a las FFAA–, sino fortalecer y respaldar a la Policía Nacional, que es la encargada de garantizar la seguridad ciudadana.

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