Investigado, no acusado
El comunicado de la Fiscalía de la Nación sobre la situación del Presidente de la República en el repugnante “Caso Swing”, merece algunos renglones. Frente a la casuística fiscal anterior, la actual titular del Ministerio Público ha dado un paso adelante en línea con la autonomía e independencia que se debe demostrar en el cargo y más aún por la peliaguda coyuntura política y preelectoral que se vive.
No es la primera vez que a un jefe de Estado en ejercicio se le imputa presuntos actos ilícitos y que se abre y reabre el debate sobre si puede ser investigado por ellos aunque no pueda ser acusado durante su mandato por tratarse de delitos o infracciones constitucionales distintos a los autorizados por el artículo 117 de la Carta Magna. Hasta hoy la Fiscalía de la Nación, que está legitimada para denunciar estos casos, se había limitado históricamente a archivar o encarpetar el asunto sin mayor pronunciamiento hasta el término del período presidencial y después ya veremos. Así, también, se pudo actuar ahora no obstante que la prerrogativa funcional procesal prevista por la Constitución únicamente impide la acusación y no la posibilidad de investigación previa.
Repetimos, la fiscal de la Nación ha avanzado positivamente y con buen sentido de previsión y prudencia algo raro para estos tiempos convulsos. Ha declarado que el informe elevado por la Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios amerita que se investigue preliminarmente al Primer Mandatario, pero que por lo dispuesto por el mandato constitucional el inicio de las pesquisas queda suspendido hasta su patriótica despedida el 28 de julio de 2021. Sr. Presidente, queda notificado que los sórdidos indicios en su contra no son una cortina de humo y que, entre tanto, lo mejor que puede hacer es dedicarse de lleno a gobernar y tratar de sacar al país de la peor de sus crisis. ¡AMÉN!
