IV Domingo de Cuaresma: “Ahora sois luz en el Señor”
Hermanos, nos encontramos ante el IV Domingo de Cuaresma. ¿Qué nos dice la Palabra de Dios en este día? La primer lectura es del libro de Samuel y nos cuenta el envío que hace Dios para ungir a un rey: “El Señor le dijo: No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón”. Nosotros, los hombres, nos fijamos en lo externo, lo aparente, lo superficial; sin ir al fondo. El fondo es el espíritu de Dios. “Entonces, Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel y le dijo: “Tampoco a éstos los ha elegido el Señor”. Luego preguntó a Jesé: “¿Se acabaron los muchachos?”. Jesé respondió: “Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas”. El pequeño David era el más despistado, infantil y que se entretenía con el ganado, será el ungido por Dios. “Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante”, finaliza la lectura. Ese gran espíritu te quiere invadir y te dará la felicidad, el mismo espíritu que ungió a David, Jacob e Isaac.
Respondemos a esta lectura con el Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan”. Hermanos, si Dios está contigo y conmigo, a quién debemos de temer. Dios es nuestro cayado y fortaleza, en Él nuestros temores se disipan.
La segunda lectura es de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios: “En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz, toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz. Por eso dice: “Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz”. Esta es una Palabra que nos habla directamente, nos invita a despertar de la dormición y el entretenimiento en el que vivimos. El dinero, la diversión, el consumismo, nos hacen seres superficiales. Dios nos invita a levantarnos de entre los muertes y vivir una vida plena, porque Cristo será la luz de nuestras vidas.
El Evangelio es de san Juan y nos habla del encuentro de Jesús con el ciego de nacimiento: “Al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé”. Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: “¿No es ése el que se sentaba a pedir?”. Muchas veces hermanos, Dios nos coloca barro en los ojos, que son nuestros pecados, para ir hacia Siloé, la Iglesia que perdona nuestros pecados. Si has pecado o estás fuera de la Iglesia, retorna y experimenta la misericordia de Dios.
“Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: “Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo”. Algunos de los fariseos comentaban: “Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado”. Otros replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?” Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?” Él contestó: “Que es un profeta”. Hermanos, hoy Dios viene a quitar tu ceguera, esa que no te deja ver más allá de ti mismo. Te ha colocado barro y tienes que lavarte. ¿Qué verás? El amor de Dios, que tienes capacidad para amar y el Cielo abierto.
“Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él contestó: “¿Y quién es, Señor, ¿para que crea en él?”. Jesús le dijo: “Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es”. Él dijo: “Creo, Señor”. Y se postró ante él. Hermanos, el que habla contigo en la historia es Dios. Reconozcámonos ciegos ante el Señor y nos ayudará, pongámonos a sus pies y conoceremos así, la luz de Dios. Solo así podemos amar y ser felices.
Hermanos frente a esta situación que vivimos todos, debemos primero estar tranquilos. Dios nos llama a la reflexión y conversión en estos tiempos de emergencia. Quiere que nuestros corazones, mentes y fuerzas estén dispuestos a Él para nuestra salvación. Esta emergencia no es una casualidad, nos invita a vivir en una especial intimidad con Dios en esta Cuaresma y a peregrinar hacia Cristo Resucitado.
¿Qué de bueno nos puede traer esta situación? Reunirse con vuestras familias, compartid momentos de charlas, rezar con alegría, vivir en paz este tiempo y que sirva para encontrarnos con Dios.
La Iglesia del Callao, rezaremos la Liturgia de las Horas, acompañada de una Palabra de Dios, la cual la transmitiremos por el facebook Diócesis del Callao: https://www.facebook.com/diocesisdelcallao/ Luego estaremos enviando algunas pequeñas reflexiones, a través de nuestras redes sociales, para animar al pueblo chalaco, y no se sientan solos. Asimismo, recordarles que compartiremos la Santa Misa que preside el Santo Padre Papa Francisco, en Roma. Nuestro WhatsApp de la diócesis del Callao es 965392608. Por ese medio también brindaremos estos recursos que nos ayudarán a entrar en sintonía con Dios.
Hermanos, esta cuarentena, aunque físicamente no nos permita estar cerca, será una ocasión para mostrar al mundo que lo que nos une es nuestra fe y la oración. ¡Ánimo, hermanos! Dios nos habla a través de este acontecimiento. Nos ama inmensamente y espera que se dé en nosotros nuevas actitudes. Entremos en una intimidad con Dios. Él te está esperando.
Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.