Jesucristo no fue discriminador ni excluyente
Agradezco al diario por permitirme unas reflexiones cristianas, siendo que mis columnas son de carácter político y aunque se estile decir que las creencias religiosas no deben mezclarse con la política, no obstante en la práctica éstas convergen y en muchos casos sirven de fuente de inspiración para las políticas de Estado orientadas en la búsqueda del bien común, la igualdad y la paz social.
El mundo de la cristiandad celebra simbólicamente el 25 de diciembre, el que DIOS en la persona de Jesucristo, también llamado el Mesías (Salvador), se despojase de su divinidad y tomando forma de hombre viniese a nosotros con el propósito de salvar vidas (Filipenses 2:5-8).
El nacimiento de Jesús y su ministerio en la tierra, es un acontecimiento de gozo que se conmemora a escala mundial y del cual haríamos bien en reflexionar de sus lecciones de vida, empezando por el hecho de haberse dado en un pesebre rodeado de animales, al no haber lugar en el mesón para sus padres, debiendo María, su madre, alumbrarle en un establo.
¿DIOS pudo haberlo evitado con su poder?, sí, pero aceptó tal situación para legarnos un potente ejemplo de “humildad”, vamos que el creador del universo vino a este mundo y no hubo posada para Él.
También está su talante democrático, el Mesías no fue excluyente, sino más bien convocante, salvo los famosos “ayes” o reprensiones a determinados grupos que habían hecho un mal uso o una mala interpretación de sus mandamientos para sacar provecho personal, se rodeó de personas de todo estrato social del mundo de la política, de la milicia, autoridades religiosas, recaudadores de impuestos, pescadores, pastores de ovejas, etc., no le hizo “asco” a la gente, ni fue fingido, a todos les predicó el hacer el bien sin discriminación, incluyendo a los adversarios o enemigos.
Y ni qué decir de sus enseñanzas acerca de la “gratitud”, el serlo en todo momento y para ello nos mostró el contraste en el pasaje del milagro de sanidad de 10 leprosos (Lucas 17:11-19), donde solo 1 de ellos, al percatarse que su cuerpo estaba libre de llagas supurosas y carne que se caía a pedazos, por lo cual eran obligados a vivir fuera de la ciudad, bajo sanción de ser apedreados en vida, volvió para darle gracias a Jesús y esto que era extranjero, en tanto que los otros 9 se dieron por bien servidos.
Estimado lector, ¿cuántos pagados de su suerte vemos hoy en día?, los que creen que todo se la merecen, soberbios, incapaces de dar gracias por todo lo bueno que reciben. Así las cosas, fuimos exhortados a ejercitarnos en la solidaridad, la empatía, la misericordia, aun en favor de quienes no lo merecen.
Cierto es, que hay libertad de culto, las personas tienen derecho a creer o no en Jesús como DIOS y Mesías, pero lo que es innegable es que éste revolucionó la historia, su nacimiento es un parteaguas en la cronología de los tiempos que se miden en antes y después de su nacimiento.
¡Cuánto mejor sería este mundo, si las personas orientásemos nuestras vidas sobre la base de las enseñanzas que Cristo nos dejó! Nada cuesta soñar. Aprovecho para desear que vengan para el Perú tiempos de refrigerio (alivio, descanso). A todos ustedes, ¡Feliz Navidad!
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