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Jose Nicolás Garay, el ultimo escolástico

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Fecha Publicación: 19/07/2025 - 20:40
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Jose Nicolás Garay nació en Lima en 1788, estudio en el seminario de Santo Toribio y, al concluir su educación, ingreso como fraile mercedario. Gracias a sus sobresalientes dotes intelectuales su orden lo destaco a su afamado colegio de San Pedro Nolasco donde era lector y maestro dictando clases “según el sistema escolástico”.
Hacia 1820 Garay se empezó a involucrar en la causa separatista ayudando a sus amigos comprometidos hasta que el mismo tomo la decisión de dejar su vida conventual y dirigirse a Huaura para ponerse a órdenes del general San Martín quien de inmediato lo nombro vicario castrense sido el primer religioso peruano enrolado como capellán militar en la contienda separatista. En esta calidad concurrió a múltiples combates como los contrastes Moquegua y Torata donde atendió espiritualmente a muchos soldados heridos y agonizantes.
Luego de la emancipación Garay se involucró ampliamente en la política convirtiéndose en uno de los más importantes líderes del partido rivagüerista (1819-1839), grupo recusado por las elites mercantiles pero muy poderoso tanto en la mermada aristocracia como en los sectores populares a los que el liberal Santiago Távara llamaba despectivamente la “pardocracia” nombre que hacía referencia especialmente a los libertos y pobres de la costa.
Al establecerse la Confederación Perú-Boliviana (1836), Riva Agüero y sus seguidores apoyaron a Santa Cruz quien en abril de ese año designo a Garay como canónigo de la catedral Metropolitana de Lima. El 2 de diciembre de 1838 monseñor Garay recibió su consagración académica al obtener la cátedra de vísperas de teología en San Marcos y ser recibido como miembro honorario del Colegio de Abogado de Lima. La caída de Santa Cruz y el proyecto confederado por la injerencia militar chilena arrastro y puso fin al partido el rivagüerino.
Entonces nació una tertulia en casa del antiguo mercedario que Juan Antonio Ribeyro decía “era más bien una especie de academia privada, (en) la que se juntaba diariamente en torno a Garay, centro de reuniones tan agradables como llenas de interés”. Por su parte Tauro del Pino veía un cenáculo donde: “numerosos amigos se reunían en su casa para dialogar a cerca de la orientaciones doctrinarias y políticas del mundo”. Entre los concurrentes destacaban el expresidente Riva Agüero y el jacobino arrepentido Mariano Jose de Arce a quien Jorge Basadre califica como un “desengañado” del republicanismo.
En 1857 monseñor Garay obtuvo su más grande reconocimiento al ser elegido rector de la Universidad de San Marcos por una inmensa mayoría de votos. El representó la última expresión de la universidad erudita e ilustrada en un momento donde surgieron los esfuerzos liberales por secularizar y centralizar la educación superior. Contrario a estas ideas y al positivismo que se empezaba a vislumbrar el nuevo rector deseaba mantener la autonomía de los tradicionales colegios mayores y que estos no fueran sustituidos por el modelo de las facultades. Fue recién con la salida del rector Garay en 1859 que el gobierno a través de Juan de Oviedo, ministro de justicia e Instrucción, pudo relegar a los colegios y estatutos históricos para imponer un reglamento que intervenía la universidad.
Hasta el final de sus días acaecido en 1875, monseñor Garay se dedicó casi exclusivamente a su labor pastoral con los más necesitados y las familias devotas. El 12 de abril de 1867 el anciano canónigo tuvo la alegría de bendecir el matrimonio de dos jóvenes cercanos a él que formaron entonces un hogar católico eran Miguel Grau y Dolores Cavero, quienes serían padres de 10 hijos para Dios y la Patria.

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