Juego de tronos
Alberto Otárola, durante catorce meses como presidente del Consejo de ministros, es percibido como la persona que políticamente apuntaló a un Gobierno débil, sin bancada, ni partido. Respaldó y avaló a Dina Boluarte desde que asumió la presidencia. Incluso algunos especulaban que el premier era quien realmente gobernaba nuestro país.
Esta es una de las facetas de un hombre de izquierda que, con habilidad, había logrado apagar los incendios que provocaba una inexperta gobernante. Esto le permitió ser protagonista en el manejo de la crisis que se vivió después del fallido autogolpe de Pedro Castillo.
Panorama, el último domingo, difundió el audio de una conversación, sin precisar fecha, en el que escuchamos a Otárola, en su faceta de galán, hablando con Jaziré Pinedo, con quien aparentemente sostenía una relación sentimental. En lo escuchado se percibe a la joven incómoda ante la insistencia de Otárola por favorecerla, aparentemente, con una oportunidad laboral en una entidad del Estado. Si Otárola, en el momento de la conversación, se desempeñaba como funcionario público, habría cometido una falta ética, moral, con responsabilidad penal, por favorecer a sus allegados con recursos del Estado.
Dina Boluarte, en un comunicado de la presidencia de la República, dado a conocer la misma noche en que se difundió el reportaje de Panorama, dijo que esperaría el retorno de Otárola al país para solicitarle las explicaciones pertinentes y adoptar las decisiones que correspondan.
El lunes por la noche, cuando la prensa daba por descontado la salida de Otárola y especulaba sobre su reemplazante, apareció Jaziré Pinedo en Willax y Canal N, precisando que la conversación con Otárola se habría realizado en enero de 2021, cuando Otárola no era funcionario público y defendía, como su abogado, a Dina Boluarte, la candidata a vicepresidente por Perú Libre.
Según Pinedo, lo revelado sería parte de una presunta conspiración para sacar del premierato a Alberto Otárola y, según ella, estarían involucrados el abogado César Figueredo, ex-Cofopri; Nicanor Boluarte, hermano de la presidente; y Martín Vizcarra.
Si lo que afirma Jaziré Pinedo fuera cierto, daría un vuelco a la situación que enfrenta Alberto Otárola quien, en sus redes, ha informado que aclarará todo cuando pise suelo peruano y como ha dispuesto la presidente Boluarte, ha adelantado su retorno a Perú. Al momento de entregar esta columna, Otárola estaba viajando a Lima.
En una encarnizada lucha por el poder, Dina Boluarte, asumiendo que no ha participado en este juego de tronos, tendrá que decidir entre respaldar a un chamuscado Otárola, que ha demostrado ser un leal escudero o pedirle su renuncia, desvincularse de su hermano y encontrar un excelente reemplazo. No se puede equivocar porque pondría en riesgo la continuidad de su gobierno. Que Dios la ilumine.
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