Jugando con fuego
El Gobierno parece jugar con fuego y no se está dando cuenta, o si es consciente de ello, no está midiendo los efectos que pueda tener tanta irresponsabilidad que resulta desconcertante para nuestra democracia. Los estropicios que comete, en todo orden de cosas, genera desconcierto por lo que pueda ocurrir a muy corto o mediano plazo en el país.
Sataniza todos los días, al estilo Vizcarra, al Congreso de la República, mostrándolo frente a la opinión pública, en palabras del mandatario, como un lugar de vagos que están buscando el momento propicio para declarar la vacancia presidencial, sin advertir que se trata de uno de los más democráticos poderes del Estado, puesto que allí están representados todos los sectores de nuestra variopinta colectividad a través de sus representantes elegidos por votación popular, libre y voluntariamente.
Insiste en no remover a los ministros más pedidos por mayoritarios sectores de la población, según las encuestas recientes, por sus públicas cercanías con organizaciones de fachada vinculadas a Sendero Luminoso o de organizaciones actuales ligadas al narcotráfico o la corrupción, como el caso de los llamados ‘Dinámicos del Centro’. Ni la repulsa popular, ni las objeciones de los dirigentes políticos y líderes de opinión parecen importar mucho al gobierno del profesor Pedro Castillo.
Por el contrario, parecen estar cómodos cómo los congresistas de Perú Libre, la organización de Vladimir Cerrón que llevó al presidente a donde está, vienen encabezando movilizaciones callejeras de trabajadores que son conducidos contra locales políticos de sus adversarios, para vociferar arengas violentas en contra de congresistas y del Parlamento, con la única finalidad de exigir una nueva constitución política vía una Asamblea Constituyente.
Lo propio ocurre con violentas tomas de carreteras en lugares claves y sensibles para la economía, en el sur del país, bastión político del Gobierno. Hace apenas unos días las comunidades campesinas de Cotabambas y Progreso, en la región de Apurímac, levantaron su medida de protesta que impedía operar con normalidad a la mina de cobre Las Bambas. Para ello, la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, tuvo que trasladarse a la zona y firmar acuerdos preliminares de solución con los dirigentes.
“En el Gobierno del pueblo los conflictos son una oportunidad para escuchar, dialogar, aprender y corregir. Así lo hemos hecho hoy en Apurímac, llegando a acuerdos importantes que han permitido que la provincia y el distrito de Progreso decida levantar su medida de fuerza”, escribió en su cuenta de Twitter la jefa del gabinete ministerial, luego de más de diez días de ver impasible cómo crecía el descontento en las comunidades aledañas. Producto de este acuerdo, el próximo ocho de noviembre habrá una nueva reunión en el distrito de Challhuahuacho, donde acudirán representantes de los ministerios de Energía y Minas y de Desarrollo Agrario y Riego, y se convocará también a la empresa Las Bambas.
Los conflictos van en aumento y se presentan muy activos, contrariamente a la pasividad que parecen demostrar las autoridades del Gobierno. Tal es el caso de lo ocurrido en la carretera Interoceánica que une las regiones de Puno y Madre de Dios, bloqueada también por los cocaleros de la zona que se oponen a la erradicación del cultivo de la coca, en este caso, en la provincia de Carabaya.
En medio de este panorama, el presidente Castillo formula desconcertantes declaraciones como cuando solicitó al Congreso apurar una ley para estatizar el gas de Camisea, en momentos que su presidenta del Consejo de Ministros pugnaba por convencer a los congresistas obtener de ellos su voto de confianza, o como cuando el ministro de Educación, fuertemente rechazado por la oposición política, pidió no satanizar a los sindicatos como el Fenatep, cuestionado por sus presuntos vínculos con el terrorismo. “Creo que los gremios, los sindicatos son la solidaridad organizada. No hay que satanizarlos, estigmatizarlos. La Fenatep es un gremio que agrupa a millares de maestros y es un jardín donde hay muchos colores, blancos rosados, rojos”, señaló el titular de Educación, frente al desconcierto de una población cada vez más preocupada.
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