¿Jugando con la seguridad mundial?

La campaña presidencial norteamericana entre Donald Trump, partido Republicano, y Kamala Harris, partido Demócrata, promete ser de barrio arrabalero.

Durante el primer debate pactado entre Trump y Joseph Biden, el actual mandatario norteamericano y excandidato renunciante a las elecciones por el partido Demócrata, le espetó a Trump: “Eres el peor presidente de la historia del país; un imbécil, un perdedor, un llorón y un delincuente convicto sin sentido moral”.

Imaginémonos, entonces, lo que será capaz de decirle Kamala Harris a Trump, conociendo su estilo confrontacional y definitivamente muchísimo menos refinado y formal que el de su jefe actual, el “acomedido” Biden.

Incluso Trump, quien sin llegar a la grosería, tiene carácter de boxeador y no aguanta pulgas, acaba de calentar el cuadrilátero, respondiendo a una periodista: “Yo no sabía que Kamala era negra; sé, más bien, que es hija de padre jamaiquino y de madre de la India”, pretendiendo restarle a Harris su quizá principal atributo como postulante a la presidencia del país más poderoso del planeta: ser negra.

Por cierto, la campaña ya estuvo empañada por un intento de asesinato a Donald Trump, consumado el 13 de julio pasado durante un mitin de campaña desarrollado en Butler, Pensilvania.

Responsable del atentado fue un tal Thomas Matthew Crooks, quien disparó con un rifle semiautomático contra el expresidente y actual candidato Trump, hiriéndole levemente en la oreja derecha; salvándose por escasos milímetros de la muerte.

El incidente que ya viene siendo investigado por la justicia, además de por la Cámara de Representantes y una comisión del Senado, ha demostrado, hasta el momento, que el otrora confiable Servicio Secreto norteamericano –que presta servicio de seguridad a altos dignatarios como presidentes y expresidentes de ese país– habría incurrido en una serie de inaceptables fallas; algunas, incluso, de carácter altamente sospechoso.

El día de las elecciones presidenciales y legislativas en Estados Unidos es, siempre, el primer martes luego del primer lunes de noviembre; que este año cae el 5 de dicho mes.

Así que el tiempo es corto y la batalla electoral promete ser subida de tono, dado el carácter e historial de ambos contrincantes. Situación que desmerece aquel otrora talante severo y profesional que le imprimían los postulantes a esta relevante contienda, cuyos efectos reverberan por todo el mundo. Sobran, pues, los calificativos personales en momentos en que el mundo atraviesa por tiempos críticos, considerando lo que ocurre entre Rusia y Ucrania; donde además participa la OTAN, es decir, Europa, Canadá y Estados Unidos.

Así que cualquier error, por mínimo que sea, pudiese producir una conflagración internacional. También genera tensión la guerra entre Israel y grupos terroristas como la Yihad Islámica, Hamás, que opera desde la Franja de Gaza y tiene secuestrados a algunos israelíes; asimismo, participan los terroristas libaneses de Hezbolá así como los hutíes de Yemen, disparándole a Israel poderosos misiles probablemente proveídos por Irán, participante fijo en cualquier guerra contra Estados Unidos.

¡En consecuencia, Trump y Harris deberán abstenerse del insulto mutuo para evitar arriesgar la paz y seguridad internacional!

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