Justicia para Alan García

En muchísimas ocasiones, Alan García advirtió no estar dispuesto a soportar el intento de enemigos políticos suyos, en el poder, que procuraban humillarlo apresándolo a modo de saciar su sed de venganza. Para el caso, los fiscales Rafael Vela Barba y Domingo Pérez Gómez, figuritas de la masonería caviar, eran enemigos innatos de García. Ambos soñaban con vengarse de él al costo que fuese. Su propósito era conducirlo esposado, espectacularmente, por las calles rumbo a un penal, donde acabaría sus días destruido física y moralmente.
Alan fue el líder indiscutido del Apra, uno de los principales partidos políticos históricos del país; además, fue presidente electo del Perú en dos oportunidades. Asimismo, García fue una personalidad política local e internacional, y una figura siempre muy identificada con centenares de miles de partidarios suyos en grandes bolsones de la población. Consecuentemente, fue una figura polémica para sus adversarios políticos. Aquel ícono ideal que tanto buscaba la camorra caviar para aliviar sus frustraciones, procurando sacar réditos políticos de aquello que, de una u otra manera, era consciente de que jamás alcanzaría por méritos propios.
Bajo esta concepción, la camorra caviar, conformada por Gustavo Gorriti y los fiscales Vela Barba y Pérez Gómez, mantiene secuestrado al Ministerio Público desde hace ya dos décadas, impidiendo que los peruanos tengamos acceso a una justicia imparcial, ecuánime y honesta. Y es justamente esta misma mafia la que planificó criminalmente la muerte, tanto fáctica como política, del principal líder político peruano de todos los tiempos.
Al respecto, como comentó recientemente en este periódico el abogado Enrique Ghersi, la Fiscalía de la Nación, a través del fiscal supremo Alcides Chinchay, está investigando al “secuestrador de la Fiscalía de la Nación”, Gustavo Gorriti, así como a los fiscales Rafael Vela y Domingo Pérez, por el presunto “cerco” que ambos inescrupulosos sujetos le ensamblaron al expresidente Alan García.
“Toda investigación fiscal empieza con una etapa de diligencias preliminares”, señala Ghersi. “Y salvo que haya un caso de flagrancia, el fiscal abre de inmediato investigación preliminar; primero a través de indagaciones preliminares, donde el fiscal pedirá videos, expedientes, copias de noticias, etc. Pero esto significa que ya empezó la investigación. Con las diligencias preliminares arranca la investigación propiamente dicha. En este caso, una vez abierta, estamos en la primera etapa de la investigación fiscal”, indica el prestigioso abogado.
Lo que a continuación propone Ghersi es importantísimo para la futura salud política de nuestra muy maltratada democracia, y también para el Estado de derecho, también violentado. A criterio del jurista, en paralelo a la indagación del Ministerio Público, la presidenta de la República, Dina Boluarte, debiera conformar una comisión independiente para que determine qué sucedió —verdaderamente— en casa de Alan García aquella trágica mañana cuando el exmandatario decidió suicidarse, tras ver invadida su casa por policías políticos, sin la presencia de los fiscales Vela y Pérez —como les tocaba obligatoriamente— antes de ser detenido preliminarmente —y humillado, posteriormente— en un sospechosísimo operativo dizque por el affaire Odebrecht.
Boluarte le haría un gran bien al país efectivizando esta sólida sugerencia de Ghersi.

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