¡Justificación despreciable!
Aunque la razón me indicaba que el Congreso de la República otorgaría la Confianza al Gabinete Torres, no obstante guardaba la lejana esperanza que fuera denegada, por aquello del equilibrio de los poderes, esa suerte de fuerzas que se moderan unas a otras no permitiendo que se superpongan, dado a que el Ejecutivo le imponía al país un colegiado de ministros, salvo honrosas excepciones, que nos traía a colación la informalidad del transporte público, la promoción de la pseudociencia, investigaciones por delitos en agravio del Estado, la ausencia de “paridad”, la violencia contra la mujer, el reparto de altos cargos en el Ejecutivo por cuotas de poder político, debilitando la buena Administración Pública, etc.
Y pese a todo, les fue concedida la “investidura”, eso sí con apretada votación, teniendo de cerca los votos en contra, que pueden usarse de ser el caso, para interpelaciones y censuras, aunque hay qué decirlo, ya no se espera nada de la actual conformación parlamentaria, pareciera importarles más el retener sus curules ante un eventual peligro de disolución o el verse obligados a acortar su mandato, por exigencia de las “calles”, a la voz de “Que se vayan todos”, y ¿quién quita si pesó en los votos lo denunciado por la lobista Karelim López sobre la supuesta existencia de una mafia al interior del MTC y un grupo de parlamentarios bautizados como “Los Niños”? Pronto lo sabremos.
Duele y mucho, que en marzo, mes de “Las Mujeres”, se haya dado el visto bueno a un gabinete de espaldas a las 16 millones 826,991 de peruanas, el 50.4% de nuestra población, con ministros que tienen internalizado el chip “machista”, con declaraciones propias de sociedades “patriarcales” en las que prima la supremacía del hombre sobre la mujer. Mucho me temo que en el mejor de los casos, para las mujeres peruanas será un “Quinquenio perdido”, donde no se avance en reducir ese vergonzoso 71.4 % de brecha de género y 30% de brecha salarial; y en el peor, el retroceso en lo andado, por ejemplo que se desbarate la Política de Igualdad de Género aprobada en el 2019, se elimine el enfoque de género (Igualdad de Oportunidades) en la educación básica, se norme la tenencia compartida de los hijos con los padres agresores de mujeres y del entorno familiar (un despropósito), etc. Pero la Historia, a la que tanto temen los políticos, habrá de recordar al Gobierno de Pedro Castillo como de “ANTIMUJERES”. Están a tiempo de enmendar rumbos, es cuestión de voluntad política, el marco legal ya existe para la efectiva IGUALDAD y EQUIDAD.
Cierro esta columna, condenando las despreciables declaraciones ante Radio Programas del Perú, del ministro de Educación Rosendo Serna: “Hubo pegalones también en anteriores ministerios, gabinetes de otras gestiones”, a manera de justificación que la actual Administración también los tenga. ¡Repudiable!
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