Keiko: ¿romperá la tendencia?
Desde lejos se ven las cosas en perspectiva. Esta semana que llega a su fin ha estado cargada de hechos que favorecen indudablemente a la candidatura de Keiko Fujimori. Desde el frustrado debate al que no fue Pedro Castillo pese a haber retado a su contendiente frente al penal de mujeres de Chorrillos para humillarla, pasando por los audios que revelaron cómo Sendero Luminoso ha sentado sus posaderas en el Congreso con apología a la terrorista Edith Lagos y a las “pelotudeces” democráticas del electo congresista Bermejo, que anuncia que si toman el poder no lo soltarán jamás, la mesa debería estar servida para Keiko Fujimori. Esto debería verse reflejado en las próximas encuestas que, digámoslo claramente, apoyan a Keiko. Porque la labor de un analista no es hacer de comparsa de una candidatura, sino decir la verdad para brindar un análisis aceptable de los hechos. Y los hechos son que todo el establishment está con Keiko (aunque el Perú es profundamente antidemocrático como lo reseña el latibarómetro). Y no es para menos. Al otro lado está Sendero en el peor de los casos, y en el “mejor” el comunismo, marxismo, leninismo castrista del clan Cerrón, una dinastía corrupta que tiraniza la región Junín. Sin embargo, y aunque esto ya se sabía ni bien terminada la primera vuelta y pese a que Keiko ha dado un salto vertiginoso, hasta hoy nunca ha podido sobrepasar al semianalfabeto Castillo, ni siquiera en el margen de error. Esto quiere decir que quienes pronosticaban un derrumbe del comunista, solo estaban deseando algo que hasta ahora no se ha producido, pues Castillo no cae del 40% en todas las encuestas. Por eso digo que las que salgan con posterioridad a esta semana serán cruciales para Keiko, pues si con todos esos hechos ampliamente satisfactorios para su candidatura (Selección de fútbol incluida) sigue “pisándole” los talones a Castillo, lo más probable es que este 6 de junio se repita la historia del 2016 que todos sabemos cuál fue. También extraña que su equipo no aproveche la oportunidad que tiene de echar mano a personajes de fuste y trayectoria que apoyaron a la señora Fujimori en otras oportunidades cuando las papas quemaban para ella en la cárcel, simplemente porque le hacen ver sus errores. El Perú ya está harto de las waripoleras, y cómo terminó el “lagarto” es la mejor prueba de ello.
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