Kiev arremete y desnuda el debilitamiento de Putin
Hace ya más de dos semanas que inició la ofensiva ucraniana en Kursk, a la que se han sumado incursiones en Belgorod y, más recientemente, en Briansk, territorio ruso.
Al cierre de este artículo, Ucrania ya se había adentrado más de 40 km en la región de Kursk, ocupando un territorio mayor a los 1250 km2, derribó puentes estratégicos que podrían ser usados por los rusos y obligó a evacuaciones de poblaciones rusas que ya superaban las 100 mil personas, lo que sugiere la creciente incapacidad de Rusia para defender sus fronteras.
En un primer momento, el gobierno ruso minimizó la invasión ucraniana, asegurando que sería controlada en cuestión de horas. Sin embargo, tras más de dos semanas, el avance ucraniano, aunque ha implicado un alto costo en equipo militar y vidas humanas, parece haberse consolidado, por lo que Rusia se ha visto obligada a construir trincheras a más de 40 kilómetros dentro de sus fronteras, lo que puede entenderse como un indicador de que el Kremlin se prepara para una invasión prolongada a su territorio.
Cuando Putin inició su invasión a Ucrania, dejó muy en claro que no permitiría que la guerra llegara a territorio ruso, era una línea roja que nadie debía cruzar bajo amenaza nuclear. Hoy, las amenazas de Putin han perdido fuerza. Luego de dos años y medio de guerra, todas las líneas rojas que puso se han rebasado.
Este escenario está debilitando la imagen del gobierno ruso, tanto a nivel interno como externo. La invasión ucraniana ha expuesto las debilitadas fuerzas rusas, dejando al descubierto que, actualmente, Rusia no puede sostener más de un frente concreto sin comprometer su territorio.
Lo que en un primer momento se consideró una incursión distractora de Ucrania ha demostrado ser una invasión concreta y bien planificada, que ha llevado la línea de combate a territorio ruso. A pesar de las dudas de algunos analistas sobre la capacidad de Ucrania para mantener este frente a largo plazo, su estrategia sugiere una preparación para consolidar estas nuevas líneas a fin de quitarle fuerza a la ofensiva rusa, que no se ha detenido desde que inició la incursión ucraniana, y que, con sus idas y venidas, solo les ha permitido ganar 2,46 km en la región de Pokrovsk del frente del Donbás.
Son varios los factores que pueden explicar la lentitud del avance ruso y la velocidad del ucraniano, y tienen que ver, principalmente, con la preparación. Ucrania lleva años preparando sus defensas, a los rusos los han tomado por sorpresa.
Independientemente de si Ucrania logra mantener su ofensiva, el daño a la imagen de Rusia ya está hecho, debilitando aún más al gobierno de Putin y aumentando las posibilidades de que Ucrania gane nuevos aliados en su lucha.
Debe considerarse que los recursos siempre son limitados y, a pesar de que Ucrania pone los muertos en la guerra, sus recursos económicos y armamentísticos son financiados por países aliados que le están permitiendo sostener la guerra. Esto no pasa con Rusia, cuyos aliados no han destinado recursos directos a la guerra, sino que han mantenido sus tratos comerciales, por lo que Rusia, a fin de cuentas, viene afrontando sola la guerra, destinando gran cantidad de sus recursos, lo que daña cada día más su economía.
A pesar de estas circunstancias, la guerra en Ucrania parece no estar próxima a terminar y los resultados a mediano y largo plazo estarán fuertemente influenciados por la posición que adopten los aliados de ambas naciones respecto de brindarles apoyo económico, logístico, técnico y diplomático, con los cuales puedan sostener la guerra.
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