La adicción a las pantallas afecta la convivencia y el rendimiento escolar

Los estudiantes de 11 a 16 años con mayor dependencia de las redes sociales virtuales tienden a tener conductas más violentas en la escuela, en sus hogares u otros entornos, según una investigación desarrollada por expertos en Psicología de la Universidad Pablo de Olavide, de España. Otro estudio realizado el año pasado por investigadores de la Universidad de Sevilla (España) advierte que cuando los estudiantes se exponen demasiado tiempo a las pantallas (celulares, tablets, computadoras y otros), su rendimiento académico disminuye, especialmente en comunicación lingüística y razonamiento matemático (Ortiz de Villate-Gil Flores, 2023). Entonces, eso significaría que la inversión de dinero y tiempo que un padre o madre efectúa para darle una buena educación a sus hijos, en la práctica podría echarse a perder cuando ponen en manos de sus hijos pantallas con acceso a internet, sin la debida orientación y supervisión.
Son diversas las investigaciones que se están efectuando, principalmente en Europa, que han permitido llegar a la conclusión de que la exposición de los escolares a las pantallas afecta negativamente su rendimiento escolar y los induce a tener mayores conductas violentas debido a su elevada exposición a contenidos violentos y ciberacoso por parte de sus propios compañeros de escuela o de extraños. Suecia, por ejemplo, decidió frenar la digitalización en las escuelas porque se dieron cuenta de que el rendimiento académico de sus estudiantes había retrocedido. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) categorizó el trastorno mental por videojuegos cuando los niños juegan una hora o más al día frente a las pantallas.
Ante ello, urge que padres de familia, tutores, directores y maestros de escuela pongan límites y ayuden a los estudiantes a prevenir o frenar la adicción a las pantallas. Para ello, es clave hacer un diagnóstico para evaluar cuántas horas están expuestos a las pantallas y a las redes sociales, qué tipo de contenidos consumen y los videojuegos que practican. De igual forma, es necesario analizar cómo esto los impacta mental, física, emocional, familiar y académicamente.
Es muy importante observar de qué manera esto incide en cuadros de estrés, depresión, ansiedad, falta de sueño, letargo, problemas de comunicación y convivencia, conducta agresiva o violenta en casa o escuela, hiperactividad, entre otros aspectos.
A partir de ese diagnóstico, se deben diseñar estrategias y acciones como, por ejemplo, promover la participación de los mismos alumnos, padres y maestros en campañas de sensibilización sobre la importancia de una vida saludable, sana convivencia, comunicación consciente y mejor rendimiento escolar.
También será preciso establecer normas claras, como que al colegio no se ingresa con móviles, pues los chicos necesitan concentrarse en sus estudios y, en el recreo, ejercitarse, conversar y jugar para fortalecer sus habilidades socioemocionales. Los mismos creadores de las redes sociales advirtieron que estas son adictivas y, por ende, afectan la salud mental, física y emocional de los niños y adolescentes, pudiendo dañar su autoestima y comunicación con los demás.
Hoy tú puedes hacerte cargo de la vida de tus hijos o estudiantes. Mañana puede ser demasiado tarde.

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