La angustia y la inseguridad ciudadana
Actualmente los peruanos vivimos angustiados por la forma que ha crecido la inseguridad. La angustia ciudadana destruye el buen vivir, fundamentalmente de las clases bajas y medias de un país.
La inseguridad ciudadana no se produce de un día para otro, sino paulatinamente, a medida que los Estados son más permisivos con quienes la generan. Todo empieza con el ilógico respeto por los derechos humanos de los delincuentes y va aumentando a medida que se va respetando más los de ellos que los de nosotros.
Las consecuencias de lo anterior es que la angustia ciudadana vaya logrando que nuestro instinto de supervivencia cree un, cada vez mayor, irrespeto por los derechos humanos de quienes la originan.
A medida que esto ocurre, muchos ciudadanos empiezan a hacer justicia con sus propias manos y el estado lo oculta para esconder su indiferencia por lo que está ocurriendo y más aún, para ocultar la cobarde inacción de los políticos que frena la normatividad que la angustia ciudadana requiere cada vez.
No solo eso, los políticos, para esconder su responsabilidad, acusan de atentar contra los derechos humanos a los políticos que demandan una normatividad más severa para que se aplique a quienes son responsables por la angustiante inseguridad que cada día es mayor.
Lo antes mencionado ha tenido una gran repercusión en la forma de actuar de nuestra policía porque ha puesto sobre sus hombros una exagerada responsabilidad sobre el respeto por los derechos humanos de aquellos que atentan contra los de ellos (la policía) y los nuestros.
No puede ser que en circunstancias como las que vivimos se juzgue con el mismo criterio y normas a los que, en beneficio propio, atentan contra los derechos humanos de un ciudadano y a los que tienen la responsabilidad de evitarlo. En estos momentos basta leer los medios de comunicación para darse cuenta que las noticias más difundidas son aquellas que tratan sobre los atentados contra los derechos humanos de los ciudadanos y lo que es más angustiante, la impunidad con la que ella se realiza.
Es por ello que se requiere, como existía antes, la llamada justicia militar compuesta por jueces que se ponen en las circunstancias de aquellos que ponen en riesgo sus derechos humanos para evitar que la angustia ciudadana destruya nuestro buen vivir.
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