La aún fiscal Delia Espinoza
La semana que pasó, la Junta de Fiscales Supremos en actividad, conformada por Pablo Sánchez, Zoraida Ávalos, Delia Espinoza, Juan Carlos Villena y Tomás Aladino Gálvez, acordó por unanimidad exigirle a la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, que “resuelva de inmediato” el pedido de Patricia Benavides para retornar al Ministerio Público. Asimismo, el presidente de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), Gino Ríos, ofició a Espinoza precisando: “La resolución del 13 de junio del órgano que presido indica claramente que se dejen sin efecto las medidas disciplinarias de destitución impuestas a Benavides”.
Pero, ilegítima e injustificadamente, Espinoza devolvió aquel oficio “exigiendo una aclaración” —en cuanto a que esta ordena la restitución de Benavides como fiscal suprema—, alegando vanamente “inconsistencias e irregularidades en su forma y contenido”. Paralelamente, la JNJ precisó que la suspensión de 60 días calendario aplicada a Benavides ya había sido cumplida; y, asimismo, que con fecha 13 de junio “la JNJ ya había ordenado reponer a Patricia Benavides como fiscal de la Nación”. ¡Vale decir, no solo como fiscal suprema!
A partir de allí se hicieron virales los argumentos políticos de la fiscal Espinoza contrarios a la citada resolución de la Junta Nacional de Justicia. Una insólita, perniciosa inconducta de la fiscal Espinoza, opuesta a innumerables acuerdos de la mencionada JNJ; de la misma manera, a sendas decisiones de la Corte Suprema, del Tribunal Constitucional (TC) y a fallos de diversos juzgados que demandan exactamente eso mismo. En consecuencia, exigen a Espinoza que reponga a Patricia Benavides en su función como fiscal suprema, ilegítima e inconstitucionalmente separada del cargo por orden suya.
Sin embargo, como denuncia el presidente de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), Gino Ríos, “sin razón válida alguna” Espinoza “continúa sin dar cumplimiento a la Resolución N.º 231-2025-JNJ. Lo indicado pone de manifiesto su reiterado incumplimiento respecto a lo resuelto (...) por lo cual, en respuesta a su documento de la referencia c), la exhortamos a cumplir en el día con la reincorporación dispuesta y a no permanecer generando esta lamentable situación de inseguridad jurídica”, concluye quien preside dicha institución.
Por su parte, la Junta de Fiscales Supremos ha deslindado con la inconducta de Espinoza. Pero (…) ¡Acá no pasa nada!
Esa anomia ha llevado al Perú al esperpéntico pozo séptico en que se encuentra hoy, donde prima el totalitarismo de una fiscalía de la Nación al servicio de la corrupción y del delito en todas sus manifestaciones, incluyendo la complicidad con el crimen de ciertos fiscales. ¡Porque ahora estos hasta liberan a asesinos aun después de ser capturados en flagrancia por la Policía Nacional!
Además de refregarnos cotidianamente la inconstitucional oposición de la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, a una ley que promulgó el Congreso de la Nación, ordenando a la Policía Nacional participar en las investigaciones de todos los delitos y crímenes.
La salvaje criminalidad que campea en todo el país se debe fundamentalmente a la infame inconducta de fiscales como Delia Espinoza, Domingo Pérez, Rafael Vela y de ciertos malos jueces.
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