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La callada como respuesta

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Fecha Publicación: 11/06/2022 - 23:00
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País de desmemoriadas gentes el nuestro; débiles de carácter y fáciles de manipular por la inmundicia de quienes fungen de dirigentes políticos, y la sinvergüencería de una prensa arrodillada delante al poder político/económico. La sociedad peruana vive dominada por una mafia que reinventa la realidad de acuerdo el interés del poderoso de turno; y un periodismo que asume como cierta esa falsa realidad para desinformar a las masas inocentes. Peruanos pobremente educados, sometidos al dictado de una corrompedora cúpula político-mediática que dirige este país apelando a los favores del régimen de turno y los mega consorcios económicos. Esta realidad llega al extremo de mezclar agua con aceite. Lo vemos ahora en el Perú con esta derecha de las grandes fortunas peruanas, muda ante el ultra marxismo pro senderista de Pedro Castillo y de su mentor, Vladimir Cerrón. Como antes pasó en Venezuela, gestándose esa misma amalgama estercolera que ahora carcome a nuestra patria y que, sin la menor duda, nos conducirá al desastre más absoluto. Es decir, a la pérdida de la libertad individual, familiar, grupal, empresarial, etc.; unida al menoscabo del patrimonio de cada persona.

El tráfago de abusos, engaños, crímenes, etc., que comete el gobierno que aún preside Castillo; y la vorágine de atropellos en que éste desenvuelve su gestión al mando de la organización criminal que preside –según precisa el Fiscal de la Nación- facilita que el oficialismo apele a la amnesia colectiva que produce en la ciudadanía tanto ajetreo delictivo. El país anda desconcertado mañana, tarde y noche porque ni bien se conoce un nuevo asalto originado por un integrante de esta camorra que nos gobierna, de inmediato aparece otro igual o peor que hace pasar al olvido el follón anterior.

Sin ir muy lejos, el pandemonio que produjese el plagio de la tesis universitaria del aún presidente Castillo –unido al calco de ésta por su esposa- generó no sólo malestar en la sociedad. También enorme indignación ciudadana ante la Universidad César Vallejo propiedad del multimillonario político César Acuña, cuya fortuna surgiría de orígenes nunca suficientemente esclarecidos. Acuña también es dueño del partido Alianza para el Progreso que, en forma penosa, actúa como furgón de cola del gobierno comunista de Castillo. Y como cereza sobre la crema, aparece Beatriz Merino Lucero presidiendo el consorcio universitario que figura como dueño de la citada universidad.

Merino fue la primera ministra del tristemente célebre perseguido por la Justicia Alejandro Toledo. Ella es una dama dotada de todos los méritos personales e intelectuales que pueda imaginarse. Sin embargo, en vez de aclarar los hechos originarios de este escándalo, penosamente ha optado por dejar manchada su valiosísima trayectoria, guardando un cómplice silencio.

El malestar ciudadano fue colosal. Pero a Acuña –tampoco a Merino- ni se les movió un pelo. “Money talks”. Montaron una pantomima vergonzante donde, a pesar de sus esfuerzos por engañar al país para salir del trance, solamente exhibieron un tinglado repleto de mentiras e imprecisiones. Finalmente apelaron a la callada como respuesta, acentuando la indignación de los peruanos, hoy ya casi olvidada.

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